(Libertad Digital) Parece claro que el Gobierno no ha proporcionado la misma información a los grupos de comunicación afectados por la reforma del mercado audiovisual. Mientras, según reconoce este miércoles el diario ABC en un contundente editorial, el ministro Josep Piqué acordaba con el Grupo Correo medidas referentes a su presencia en las televisiones locales como la “prohibición de la emisión en cadena o alternativas como no emitir en prime time ni emitir informativos conjuntos”, Prisa negociaba en agosto con el Grupo Moll la colocación parcial de LOCALIA TV. Al final, la decisión del Gobierno de prohibir a las cadenas nacionales su presencia en TV locales, demuestra que la estrategia de Polanco de traspasar a empresas amigas su red nacional era la acertada. Cabe preguntarse entonces si Polanco dispuso de información privilegiada por parte del Ejecutivo o simplemente no se fió de las palabras de Piqué.
Algo similar sucede con la eliminación del tope accionarial que una sociedad puede tener en una misma cadena. Curiosamente, el Grupo Correo vuelve a ser el principal perjudicado. A principios de octubre, el vicepresidente primero, Mariano Rajoy, anunció por sorpresa cambios en la ley de TV privadas, de nuevo a través de una enmienda en la Ley de Acompañamiento a los Presupuestos Generales de 2003. A partir de entonces, un solo grupo puede controlar hasta el 100% del capital de una televisión. Esta vez no fue Polanco sino Berlusconi el que de forma sorprendente se adelantó al anuncio del Gobierno, asegurándose el control de Telecinco. En agosto , la compañía italiana Mediaset (con un 40% de Telecinco) firmó un pacto con el fondo de inversión holandés Ice Finance –un fondo de inversión holandés participado, al parecer, por JP Morgan–, por el que adquiría un derecho preferente sobre su 10% en la cadena.
Según publica el diario italiano MF, Berlusconi podría hacer efectivo el acuerdo de compra de ese porcentaje en cuanto el Gobierno que preside su amigo José María Aznar dé la luz verde. Mediaset pagará por ese 10% una cantidad en torno a los 200 millones de euros, en función de la valoración que se haga en su momento. Tras la operación, el magnate de la comunicación y primer ministro de la República Italiana se hará con el 50 por ciento de la cadena española. La venta podría estar supeditada a que Berlusconi no compre el 25 por ciento que controla el Dresdner Bank, pero lo cierto es que la entidad alemana tiene demasiado interés en deshacerse de su paquete accionarial.
El 10% de Telecinco ahora en poder de Ice Finance y apalabrado con Berlusconi es el que vendió Planeta en mayo de 2001 por 372 millones de euros. Se dijo en su momento que el grupo capitaneado por José Manuel Lara Bosch, el mismo que ahora aspira a hacerse con el control de Antena 3, había realizado unas plusvalías de más de 300 millones de euros. Si son ciertas las cifras que baraja la prensa italiana, sorprende la devaluación sufrida por el paquete de marras en año y medio. La configuración definitiva del accionariado de Telecinco está asimismo pendiente de la decisión que tome el Dredsner Bank sobre su 25%, fruto del impago de las deudas con esta entidad financiera de su anterior propietario, el grupo Kirch.
Algo similar sucede con la eliminación del tope accionarial que una sociedad puede tener en una misma cadena. Curiosamente, el Grupo Correo vuelve a ser el principal perjudicado. A principios de octubre, el vicepresidente primero, Mariano Rajoy, anunció por sorpresa cambios en la ley de TV privadas, de nuevo a través de una enmienda en la Ley de Acompañamiento a los Presupuestos Generales de 2003. A partir de entonces, un solo grupo puede controlar hasta el 100% del capital de una televisión. Esta vez no fue Polanco sino Berlusconi el que de forma sorprendente se adelantó al anuncio del Gobierno, asegurándose el control de Telecinco. En agosto , la compañía italiana Mediaset (con un 40% de Telecinco) firmó un pacto con el fondo de inversión holandés Ice Finance –un fondo de inversión holandés participado, al parecer, por JP Morgan–, por el que adquiría un derecho preferente sobre su 10% en la cadena.
Según publica el diario italiano MF, Berlusconi podría hacer efectivo el acuerdo de compra de ese porcentaje en cuanto el Gobierno que preside su amigo José María Aznar dé la luz verde. Mediaset pagará por ese 10% una cantidad en torno a los 200 millones de euros, en función de la valoración que se haga en su momento. Tras la operación, el magnate de la comunicación y primer ministro de la República Italiana se hará con el 50 por ciento de la cadena española. La venta podría estar supeditada a que Berlusconi no compre el 25 por ciento que controla el Dresdner Bank, pero lo cierto es que la entidad alemana tiene demasiado interés en deshacerse de su paquete accionarial.
El 10% de Telecinco ahora en poder de Ice Finance y apalabrado con Berlusconi es el que vendió Planeta en mayo de 2001 por 372 millones de euros. Se dijo en su momento que el grupo capitaneado por José Manuel Lara Bosch, el mismo que ahora aspira a hacerse con el control de Antena 3, había realizado unas plusvalías de más de 300 millones de euros. Si son ciertas las cifras que baraja la prensa italiana, sorprende la devaluación sufrida por el paquete de marras en año y medio. La configuración definitiva del accionariado de Telecinco está asimismo pendiente de la decisión que tome el Dredsner Bank sobre su 25%, fruto del impago de las deudas con esta entidad financiera de su anterior propietario, el grupo Kirch.