L D (Agencias) Quien se supone debería defender por encima de todo a los periodistas frente al poder político, se ha unido al coro de palmeros que aplauden la sentencia contra la libertad perpetrado por la juez Iglesias. Conocida su trayectoria, no se esperaba menos del personaje ni del chiringuito que representa.
En declaraciones a Europa Press, Urbaneja saludó la condena impuesta a Jiménez Losantos por un delito de injurias graves con publicidad contra el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Dice que el ejercicio del periodismo "siendo lo más ilimitado posible, tiene límites" y señaló que el periodista de la cadena Cope se "ha colocado un poco más allá del periodismo".
Urbaneja indicó que la libertad de expresión incluye "la crítica más acerba, pero hay límites a esa crítica, que son las libertades y los derechos de otras personas". En este sentido, González Urbaneja dijo que lo que a él le preocupa son los periodistas que "se enfrentan con riesgo todos los días en todas las provincias de España a alcaldes y concejales y distinguen la opinión de la información".
No obstante, Urbaneja recordó que igual que "la apreciación de los límites" a las críticas corresponde "exclusivamente" a los jueces, Jiménez Losantos tiene derecho a recurrir hasta la "máxima instancia", como ya hizo en el pasado con otras sentencias en su contra. Preguntado por si esta sentencia puede afectar a la forma de ejercer el periodismo, el presidente de la FAPE concluyó que "una sentencia de un juzgado de primera instancia no sienta ninguna jurisprudencia".
Desde que preside la cada vez más desprestigiada Asociación de la Prensa de Madrid y la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Urbaneja ha dado muestras de las diferentes varas de medir que aplica en función de quien sea el periodista. El ejemplo más escandaloso, aunque no el único, lo encontramos en su reacción al artículo del ya fallecido juez Fanlo en el que se mofaba del atentado contra Jiménez Losantos por parte de los terroristas de Terra Lliure.
El 16 de noviembre de 2005, Urbaneja publicaba un artículo en el diario 20 minutos –el mismo que publicó el artículo de Fanlo– en el que decía: "el artículo del señor Fanlo puede ampararse en la libertad de expresión y opinión. El señor Fanlo tiene esa libertad y defenderé que la tenga y que la use. Una sentencia de los jueces Wendell Holmes (el mismo que encabeza esta columna) y Louis Brandeis de 1919 decía: `debemos estar eternamente vigilantes contra los intentos de restringir la expresión de opiniones que aborrecemos y creemos cargadas de muerte...´. Pienso lo mismo; plena libertad de expresión, sin excepciones, para el señor Fanlo y para Jiménez Losantos, incluso para incurrir en delito de injuria (que no seré yo quien lo aprecie, para eso están los tribunales) pero no para el uso de esa libertad sin límite en un periódico que yo dirija".
Cuando el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, en noviembre de 2004 aludió al Poder Fáctico Fácilmente Reconocible –cadena SER, siglas que no pronunció– acusándolo de mentir y manipular durante las jornadas del 11 al 14 de marzo de 2004, la reacción de Urbaneja fue la siguiente:
- "... se excedió y se pasó (...) no cumplió con las tareas de ejemplaridad de un líder político hacia la sociedad". Según Urbaneja, el ex presidente "no entiende el fenómeno de la opinión pública, del periodismo y de cómo se trabaja en las redacciones". Consideró también que Aznar colocó a los medios "en la picota, en protagonistas forzados e indeseables, en una trinchera en la que no hay que estar". "No podemos ser –continuó– ni tan importantes ni tener tanto protagonismo. Somos más instrumentos, más medio que fin".
Distinto fue cuando Montilla criticó a la COPE:
- "(...) desde alguna cadena de emisoras, para más señas, porque ya saben que a mi me gusta, más o menos hablar claro, propiedad de los Obispos" se lancen "mensajes que incitan al odio, la división y la confrontación y que sólo hacen que sembrar cizaña e ir contra los valores que en teoría defienden los titulares de esa cadena".
La respuesta de Urbaneja a Montilla fue:
- "Cuando se es regulador, hay que ser muy prudente y muy templado, y yo creo que él no ha sido ni prudente ni templado. Él es el regulador de la tele y de la radio, él es el regulador de lo audiovisual. El trabajo del regulador es estar callado, lo mismo que le dijimos a Conte hay que decírselo también al ministro Montilla; que palabras dichas en otro contexto o dichas por otra persona, otro ministro puede tener más capacidad para criticar lo que no le guste que el ministro regulador, el ministro responsable de ese sector. Y entonces yo creo que son unas palabras no afortunadas, que además consiguen el efecto contrario a lo que pretenden; es decir, que en vez de producir más distensión, y de hacer apelaciones a la tolerancia, a la concordia, y a la templanza, es subir la temperatura, de manera que yo creo que ha sido desafortunado".