(Libertad Digital) El Gobierno ha rebajado su previsión de crecimiento para este año en ocho décimas, hasta el 2,3 por ciento, y calcula el mismo aumento del PIB para 2009, siete décimas menos que en su estimación anterior, según la revisión del cuadro macroeconómico aprobada por el Consejo de Ministros.
Según las nuevas previsiones del Ejecutivo, el empleo crecerá en 2008 un 1,2 por ciento, un punto menos de lo calculado anteriormente, mientras que la tasa de paro será del 9,8 por ciento, tan sólo dos décimas por encima de la actual, lo que supone que, a pesar de la crisis de la construcción, el Gobierno espera que el paro a penas se incremente durante los tres trimestres que restan.
Según las nuevas previsiones del Ejecutivo, el empleo crecerá en 2008 un 1,2 por ciento, un punto menos de lo calculado anteriormente, mientras que la tasa de paro será del 9,8 por ciento, tan sólo dos décimas por encima de la actual, lo que supone que, a pesar de la crisis de la construcción, el Gobierno espera que el paro a penas se incremente durante los tres trimestres que restan.
El nuevo cuadro macroeconómico también estima una caída de la demanda nacional, que sólo aumentará este año el 2,6 por ciento, frente al 3,5 por ciento previsto en diciembre.
Dentro de la demanda nacional, la caída más significativa es la de la inversión, cuyo crecimiento se modera hasta el 1,5 por ciento, frente al 3,1 estimado en diciembre (debido al "proceso de ajuste que está experimentando el sector de la vivienda, que será más pronunciado, pero también más breve" de lo esperado), mientras que el consumo de los hogares sólo crecerá el 2,2 por ciento, seis décimas menos de lo inicialmente esperado.
El Gobierno considera que el consumo privado "se estabilizará" este año, "gracias a las medidas de estímulo" económico anunciadas la semana pasada, y atribuye también dicha moderación del gasto de los hogares al menor ritmo de creación de empleo y a los efectos del endurecimiento del crédito observado en los últimos trimestres.
El Gobierno considera que el consumo privado "se estabilizará" este año, "gracias a las medidas de estímulo" económico anunciadas la semana pasada, y atribuye también dicha moderación del gasto de los hogares al menor ritmo de creación de empleo y a los efectos del endurecimiento del crédito observado en los últimos trimestres.
Por otro lado, el deterioro de las condiciones económicas internacionales hará que las exportaciones se desaceleren hasta el 2009, para ir recuperándose de forma apreciable en cuanto los mercados de destino de las ventas españolas comiencen a mostrarse más dinámicos. Las importaciones también se desacelerarán este año y el próximo, como consecuencia directa del menor dinamismo de la demanda interna.
Según la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, el objetivo de esta rebaja es "garantizar los objetivos de estabilidad presupuestaria para que se adecuen a la realidad económica española, que va a seguir siendo de crecimiento".
No obstante, De la Vega ha tratado de quitar hierro al asunto y ha asegurado que la desaceleración terminará en 2009 y España volverá a recuperar su potencial de crecimiento alrededor del 3 por ciento. A su juicio, "España está preparada" porque "hemos hecho los deberes". Aún así, "el Gobierno no descansa ni descansará" para ayudar a los que más dificultades puedan tener", ha afirmado.