Jamal Zougam es el único condenado como autor material en el 11-M. Cumple por ello una condena de 42.922 años de prisión, de los que ya ha cumplido siete. Sin embargo, en un cuestionario respondido desde la cárcel, y publicado por El Mundo, asegura que "estoy condenado a 42.000 años y soy inocente". Afirma, además, que está en la celda de aislamiento 20 horas al día.
En su opinión, "cualquiera que vea el sumario y estuviera en el juicio lo sabe" por lo que añadió que "han querido echar tierra sobre el asunto. Me siento utilizado brutalmente por la Policía, jueces y fiscales para confirmar la versión oficial".
En este sentido, Jamal Zougam resalta que, de los cinco detenidos el 13-M, sólo fue acusado él. "Si me absuelven, todo lo que ocurrió del 13 al 14 de marzo se cae como un castillo de naipes". Así, alega que "lo único que sé es que yo no puse la mochila en los trenes ni sé nada del asunto".
Preguntado que por qué en comisaría quiso saber el resultado de las elecciones del 14 de marzo de 2004, afirmó que "estando detenido en comisaria, la Policía me preguntaba continuamente si habían hecho el atentado para influir en las elecciones".
Añade Zougam que "en la tienda me dijeron que me detenían por colaboración con banda armada, no por ser el autor del atentado. En comisaría me amenazaron, me obligaron a ponerme de rodillas con los brazos en cruz toda la noche".
El único condenado como autor material de los atentados asegura en el cuestionario que "la Policía me decía que ellos sabían que yo no había hecho nada, pero que me iba a comer el marrón. Que nadie me iba a creer por ser marroquí. Los motivos que iban apareciendo sobre mí, falsos, indican que estaban creando e inventando un sospechoso. Necesitaban un culpable y me lo cargaron a mí. Espero que se consiga demostrar que los testigos que declararon contra mí mintieron o se equivocaron".
En el juicio afirmó que un policía le había propuesto trabajar como confidente. "Me llamaron a la comisaria de Canillas a recoger el permiso de residencia. Allí me propusieron colaborar como confidente. Me pidieron que fuera a las mezquitas y les informase. Tenía miedo y les dije que lo pensaría, aunque no tenía intención de hacer nada. Me dieron un número de teléfono para que les llamara. Nunca lo hice".
Igualmente en la vista afirmó que este policía le dijo cuando fue detenido que si hubiera colaborado no le habría pasado eso. "El teléfono creo que lo tengo en casa. Si viera al policía sí sería capaz de reconocerle, pero no sé su nombre. No he vuelto a verle", sentenció.