L D (Mercedes R. Martín) De esta manera, el presidente del Gobierno acudirá antes al programa de TVE "Tengo una pregunta para usted" que al Parlamento, lugar legítimo donde están representados todos los españoles, a dar explicaciones de las abrumadoras cifras de paro. El gusto de Zapatero por expresarse en los medios de comunicación, donde no se le responde, quedó patente ya este martes, cuando concedió una entrevista en Onda Cero en plena polémica por la desastrosa gestión de Magdalena Álvarez. Zapatero también le ha cogido el gusto a Internet, donde tampoco se le puede responder y hace propaganda en la red de las medidas del Gobierno.
El acuerdo alcanzado este mismo miércoles entre el PSOE, IU, ERC y el BNG, del grupo mixto, establece, además del retraso en la comparecencia del presidente, que José Luis Rodríguez Zapatero asuma la obligación de hablar en el Congreso sobre la crisis cada tres meses, un hecho que fue presentado por los partidos minoritarios como una victoria pese a que sólo unas horas antes veían imprescindible que el presidente hablara ya en el Congreso.
Con el pacto, además, el PSOE logró la retirada de buena parte del resto de peticiones de comparecencia urgente que debía debatir la Diputación Permanente, y que afectaban a varios miembros del Ejecutivo: Miguel Ángel Moratinos, Magdalena Álvarez, Pedro Solbes y Celestino Corbacho.
Finalmente, sólo comparecerá de urgencia el ministro de Asuntos Exteriores para hablar de Gaza, una propuesta que ha sido apoyada por unanimidad. Magdalena Álvarez vendrá, pero a petición propia, el 27 de enero, y Zapatero comparecerá, gracias a los acuerdos de última hora del PSOE, el 10 de febrero, cuando ya haya comenzado el nuevo periodo de sesiones. Al parecer, la intención del grupo socialista era retrasar aún más la comparecencia evitando dar una fecha concreta.
En el debate, sin embargo, los socialistas sí tuvieron que escuchar duras críticas contra el presidente del Gobierno. Soraya Sáenz de Santamaría dijo que la comparecencia era “imprescindible” ante la avalancha de malos datos de las últimas semanas, desde el aumento del paro hasta el incremento del déficit. “Destruir empleo es recortar derechos básicos”, denunció la portavoz popular. Joan Ridao y Gaspar Llamazares instaron a Zapatero a “no esconderse” y “liderar las iniciativas” contra la crisis. Pero en la misma intervención, adelantaron ya que aceptarían la fecha del 10 de febrero para la comparecencia del presidente.
Mientras, el portavoz socialista, Ramón Jáuregui, alegó que en ningún país comparece tantas veces el presidente del Gobierno, y acusó al PP de tratar de adelantar la fecha de la comparecencia para “desgastar” al Ejecutivo. Para justificar que comparezca en febrero, y no antes, alegó también que quiere terminar la ronda iniciada con las entidades financieras, una afirmación que despertó risas entre los diputados populares. Su alegato terminó con una nueva petición a los populares para “arrimar el hombro”. “El Gobierno sacará a España adelante aunque sea sin ustedes”, llegó a decir.
A la hora de votar, terminó de quedar claro el carácter del acuerdo alcanzado entre los socialistas y los partidos minoritarios. Una vez tras otra, las manos de los populares eran las únicas que se levantaban para pedir explicaciones a ministros como Corbacho o Pedro Solbes. A la salida de la reunión, Cristóbal Montoro resumía, en declaraciones a LD, cuál era el sentir de los populares: en su opinión, la imagen que quedaba no era la de la soledad del PP, sino la de que ellos “son los únicos que se preocupan de los problemas de los españoles”.
Soraya Sáenz de Santamaría también habló ante los medios tras el revés sufrido por su partido en la cámara: en su opinión, el PSOE acababa de dejar claro en el Congreso que "no es urgente comparecer para adoptar soluciones frente el paro, que no es urgente comparecer para adoptar medidas para proteger a las mujeres y que no hay problemas en los aeropuertos españoles”. “Este es el Gobierno socialista, el que no quiere dar la cara”, lamentaba antes de afirmar que desde su partido “vamos a defender los derechos de los españoles hasta el final”, en especial los de "los parados y las mujeres". “Como mujer me parece un insulto que digan que adoptar medidas para proteger a las mujeres no es urgente”, afirmó, en alusión a la petición de su partido para que Alfredo Pérez Rubalcaba hablara de la violencia doméstica y que también fue rechazada.
Mientras, los protagonistas del acuerdo trataban de justificar su marcha atrás en la petición de comparecencias. En declaraciones a la prensa, Joan Ridao, el portavoz de ERC, alegaba que el 10 de febrero era una “fecha razonablemente inmediata” y que habían logrado el objetivo principal de que el presidente compareciera en la cámara, aunque fuera en el día propuesto por los socialistas. “Nos damos por satisfechos”, dijo Ridao, alegando que su propuesta podría no haber recibido los apoyos necesarios.
La misma explicación dio, en declaraciones a LD, Gaspar Llamazares. El diputado de IU explicó que el objetivo de su partido era lograr “una fecha fija” y eso se había conseguido.