El presidente trata de frenar en seco las ambiciones de un crecido Rubalcaba, que el pasado miércoles arrancó ovaciones en la bancada socialista con lo que acabó siendo el debate político de la semana, los gustos musicales del vicepresidente.
El mismo entorno Zapatero ya filtró que el próximo 2 de abril, día del Comité Federal, no hablaría de su futuro en el Ejecutivo, informa ABC.
Tanto, que se ha negado por tercera vez en tres meses a anunciar su retirada, pese a las cada vez más evidentes presiones de los barones regionales. No obstante, fue el mismo presidente el responsable de iniciar la catarata de rumores: fue tras su comentario en la copa de Navidad en Moncloa cuando dijo que ya había tomado una decisión y que sólo una persona de su entorno la conocía.
La primera de ellas fue la convención autonómica de Zaragoza a finales de enero, a la que muchos líderes acudieron pensando que Zapatero anunciaría allí su decisión. La segunda fue el 5 de marzo, en el comité federal extraordinario, sin que se produjera anuncio alguno.
A lo largo de esta semana, otros líderes socialistas como Barreda manifestaron su apoyo a la candidatura de Carme Chacón, reforzando el descontento de la cúpula socialista sobre el silencio del presidente.
Todos estos rumores e informaciones han acabado por enojar a Zapatero, que trata de frenar los movimientos internos en las federaciones y, en definitiva, dentro del partido, que decidan su futuro político.
No obstante y tal como asegura el diario, el presidente es cómplice de todo ello con su silencio prolongado. Cunde además la idea de que tras el desgaste sufrido hay que blindar el resto de la legislatura frente a las presiones populares. Es la idea defendida en solitario por el PSC y dirigentes como Ramón Jáuregui.
Mientras, el presidente trata de frenar la cadena de eventos afirmando, como hizo ayer en su comparecencia tras la reunión con grandes empresarios, que todavía queda mucho por hacer.