El ex presidente del Gobierno José María Aznar se desplazó este miércoles a la ciudad autónoma de Melilla para apoyar, como explicó a los medios, a las Fuerzas de Seguridad españolas ante la escalada de la crisis en el país vecino. Su visita se producía cuando aún ningún miembro del Gobierno se ha desplazado a la zona y desataba las iras del ministro de Fomento. Preguntado por la oportunidad de la presencia de Aznar en la ciudad española, replicaba que se trataba de una "deslealtad" a España y proclamaba que nunca lo hizo cuando era presidente. Un argumento falso: sí lo hizo, y dos veces, durante sus gobiernos.
Otro hecho olvidado oportunamente por Blanco es que el ahora presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tuvo un papel protagonista en los meses previos a la crisis de Perejil, cuando la tensión con Rabat era ya patente. Zapatero viajó no a una ciudad española, como ahora ha hecho Aznar, sino a la capital marroquí para entrevistarse con Mohammed VI cuando éste había retirado hace semanas a su embajador de Madrid.
Lo hizo el 18 de diciembre de 2001 y pasó dos días en Rabat, donde además de entrevistarse con el rey, se reunió con el primer ministro, Abderramán Yusufi. La visita, además, será recordada por el mapa que colgaba tras los sillones donde se sentaban Zapatero y Mohammed VI, con Canarias incluida en el reino marroquí.
Zapatero, que viajó, pues, a Marruecos con su cargo político de jefe de la oposición, recibió aceradas críticas desde el PP, que le acusó de deslealtad, precisamente las mismas palabras que ayer utilizó Blanco contra Aznar. Como recuerda El Mundo, el presidente negó que fuera desleal y pidió que "desterrasen" dichas acusaciones porque él, dijo, era parte del conflicto "y mi parte es España". Hoy, la prensa le recuerda a Blanco y al presidente ese episodio.