La cadena de radio de prisa anunciaba a bombo y platillo la entrevista: todas sus estrellas radiofónicas entrevistan al presidente del Gobierno, en el peor momento de su mandato. En esta ocasión Zapatero no se ha desplazado a lo estudios de la SER, sino que han sido ellos los que se han "instalado" en La Moncloa: Angels Barceló, Carles Francino, Gemma Nierga y Montserrat Domínguez.
Como era de esperar, ninguno de los cuatro periodistas le ha complicado mucho las cosas al presidente. Comenzó hablando de los sindicatos y la huelga general, con preguntas y respuestas instaladas en el correctismo: "Respeto sus opiniones aunque discrepe de ellas" ha dicho Zapatero, que se negaba a criticarlos: "No seré yo quien formule una crítica".
En materia de reforma laboral y recorte de derechos sociales, los entrevistadores insistieron en que tanto Zapatero como el Gobierno habían caído en "errores" y "contradicciones", extremo que no aceptó: "Es cierto que en mi plan no estaba reducir el sueldo a funcionarios ni congelar las pensiones...pero tuve que hacerlo" se disculpó, a medias. Además descartó que vaya a meter "la tijera" en ningún otro presupuesto.
De nuevo, volvió a emplazar al futuro sobre la reforma laboral: "Los efectos tenemos que esperar a que se produzcan, unos cuantos meses. No siento que haya traicionado principios, se venía negociando y lo razonable es esperar los resultados" sentenció.
Por otro lado, ha querido desmentir los fuertes rumores que circulan hace días: Ni Cristina Garmendia va a dejar el Gobierno, ni él planea una remodelación del Ejecutivo aprovechando la salida de Corbacho. "Ella está sorprendidísima con ese rumor. Yo he estado con ella, y el rumor no ha salido del ministerio. He estado con ella en el viaje a Japón y China, cargada de proyectos y de trabajo" zanjó
Sobre Corbacho, Zapatero volvió a escoger palabras huecas y correctas: "Mi respuesta [a su salida del Gobierno] debe ser de respeto, entiendo que Corbacho es una persona con una proyección pública muy importante" y alabó su gran aportación a las listas de Montilla.
Zapatero negó que preferiría haber tenido las elecciones catalanas antes de que se hiciera pública la sentencia del Estatut, porque, según dijo: "Las elecciones en Cataluña tienen que ser cuando las decida el presidente". También negó que en ningún momento le haya pedido a Montilla que las adelantase.
Apuesta públicamente por Trinidad Jiménez
El jefe del Ejecutivo no cree que su autoridad quede en "entredicho" gane quien gane en las primarias socialisitas de Madrid. De nuevo, Zapatero ninguneo a Tomás Gómez y dijo que "es normal que como secretario general tenga mi opinión". Así, indicó que "conozco más a Jiménez y si me dijeran que eligiera a uno por su liderazgo, Trinidad estaría en lo más alto". Además, quitó valor a su apuesta: "Todo el mundo sabe que tengo preferencias"
El presidente se puso a la defensiva cuando fue interpelado sobre si había intentado frenar las primarias. "No quise evitar las primarias aunque podría haberlas evitado y no quise", sentenció. "Estaba en mis manos que no hubiera primarias", añadió.
"Lo que me importa de las primarias en Madrid es que los militantes sientan libres votando" y se apresuró a apuntar: "Y se sienten, ¿eh?". Ninguno de los periodistas replicó ante esta afirmación. Después de esta apuesta, intentó mostrar una imagen de unidad: "Como secretario general, federal, del partido deseo ser lo más respetuoso posible con el proceso que hay de primarias. Gane quien gane ganará el Partido Socialista, gane quien gane será mi candidato y, por supuesto, gane quien gane el día 4 estará todo el partido unido detrás"
"Hay considerar todas las hipótesis"
El comunicado de ETA también fue tratado en la entrevista y Zapatero puso dos condiciones, "la primera es que Batasuna condene tajantemente la violencia y segundo es que ETA tiene que acabar para siempre". Además, indicó que "nuestra política antiterrorista está dando resultados".
Igualmente, si en un momento dado ETA anunciase que deja las armas, Zapatero afirmó que "el primer paso sería contar con el apoyo de las fuerzas democráticas" y aunque dijo que no hay que anticipar acontecimientos sí que el Gobierno "debe considerar todas las hipótesis".
El presidente del Gobierno volvió a negar una vez más contactos con ETA y dijo "desconfiar" de ETA. "En mi memoria está la T-4 y sus víctimas. La desconfianza es grande y las pruebas que tienen que poner sobre la mesa van a ser pruebas de toda exigencia".