(Libertad Digital) El presidente del Tribunal del 11-M sigue guardando silencio sobre la sentencia que dictó junto a los magistrados Guevara y García Nicolás. Javier Gómez Bermúdez ha asistido este martes a un desayuno informativo en el hotel Ritz de Madrid. Allí ha vuelto a negarse a hablar sobre el fallo del mayor atentado sufrido en Europa.
Dice el magistrado que "todo lo que sea explicación de la sentencia por parte de un juez cuando hay un recurso pendiente parece cuanto menos una imprudencia, porque al margen de la repercusión social que pueda tener supone una especie de justificación sobre lo que por definición legal tiene que estar justificado en la sentencia".
A las puertas le esperaban un grupo de víctimas de la matanza. Entre ellas Gabril Morís y su mujer, Pilar. Portaban carteles con la leyenda Caminito de Jerez. Y es que Gómez Bermúdez les prometió enviar a la prisión del Puerto de Santa María a aquellos testigos o mandos policiales que hubieran incurrido en algún delito, pero no dedujo testimonio contra ellos.
Las víctimas han tenido que esperar a Bermúdez durante dos horas, hasta que finalmente ha terminado el acto. Es entonces cuando el magistrado se ha acercado para charlar con ellas. Al finalizar la conversación Gabril Morís ha resumido la conversación: "nos ha contado (Gómez Bermúdez) un caso de un terrorista de ETA que ha sido extraditado o ha sido devuelto a España después de 27 años, y claro nos ha dejado más preocupados de lo que estábamos porque si vamos a tener que esperar 27 años para percibir un poquito más de justicia, pues nosotros ya no estamos en este mundo, seguramente".