Íñigo Urkullu ha subido hasta la cruz de hierro ubicada en la cima de dicho monte, acompañado de otros dirigentes y cargos públicos del partido en Vizcaya como Andoni Ortuzar, Josu Erkoreka e Izaskun Bilbao, y de varios centenares de personas que han secundado el llamamiento del PNV y han desplegado una gran ikurriña.
La Ejecutiva del PNV había convocado una marcha portando ikurriñas al hombro, en señal de rechazo de la colocación por parte de un grupo de militares del Ejercito de Tierra de una bandera española en la citada cruz, dentro de una maniobras.
En el acto, Urkullu también ha dicho que esas colinas están "regadas por la sangre de los gudaris (soldados vascos) que dieron su vida por salvaguardar la dignidad de este pueblo" y ha dicho, "su testimonio permanente" confieren a los nacionalistas "serenidad y fortaleza" en su lucha política.
Camino que, según Urkullu, el PNV ha desarrollado siempre "armado exclusivamente por la voluntad del respeto a todas las ideas y la convicción". "El Partido Nacionalista Vasco reafirma hoy, hoy 4 julio de 2009, que no hay patria, ni religión, ni proyecto vital que justifique la muerte", ha añadido sin menciones, sin embargo, a ETA.
Además, ha señalado que el País Vasco que su partido ansía, es la que "está orgullosa de su pasado y vinculada a una tradición; en la que el viento y la libertad, como aquí arriba, circulen libres por los cuatro costados para trasladarnos a un futuro mejor".
Así, ha concluido: "Hemos subido hasta aquí acompañados de nuestra bandera que no pretendemos colocar en ningún lugar por significado de conquista militar" sino como "símbolo de un sentimiento noble y vivo".