Ha caído como un jarro de agua fría sobre los portavoces parlamentarios. El acto institucional de presentación de la Ley Integral de Víctimas del Terrorismo ha quedado deslucido. La culpa ha sido sólo de uno. Ni portavoz, ni parlamentario, sino sustituto: Fernando Maura, de Unión Progreso y Democracia, ex diputado del PP en el Parlamento de Vitoria, que acudía en representación a la ausente Rosa Díez.
"¿Cómo funciona esto?", le preguntaba al portavoz del PSOE, José Antonio Alonso, el portavoz de CIU, Josep Antoni Durán i Lleida. "¿Nos hacemos una foto no?.. aquí... Erkoreka, a la izquierda...", se posicionaba Soraya Sáez de Santamaría, la portavoz del PP. "Vamos a ver, hemos quedado que cada uno decimos veinte segundos. ¡Veinte segundos y se acabó!.. la ley ya se la sabe todo el mundo". "¡Ah perfecto, estupendo!", respondía Sáez de Santamaría.
Se las prometían muy felices los portavoces parlamentarios. Vender la foto de la unidad era el objetivo. Y de ahí su declaraciones. "Nos congratulamos del consenso", comenzaba José Antonio Alonso. "De esta imagen de unidad queda bien clara que todas las puertas están cerradas frente al terrorismo", enfatizaba Soraya Sáez de Santamaría. "La unidad es el valor añadido de esta ley", le completaba el portavoz de CIU, Durán i Lleida. Y concluía el del PNV, José Erkoreka: "Pone de manifiesto hasta qué punto la protección de las víctimas constituye un referente fundamental par todos los grupos de la cámara".
Ya habían tomado la palabra todos los portavoces cuando Alonso entonaba el "muchas gracias". Todos se volvían entonces al intruso... "¡Ah perdón!", se disculpaba el portavoz socialista. "Buenas tardes, como no me conoce nadie... soy Fernando Maura, el responsable de UPyD para este acto".
Su discurso, bastante más largo de los 20 segundos, es el más claro ejemplo de lo que significa salirse de lo políticamente correcto. "Como aviso a navegantes, no quisiera ser un mal agorero pero cuando el río suena, agua lleva", sentenciaba Maura, ex diputado autonómico del PP en el Parlamento de Vitoria. Maura se desmarcaba de lo dicho por los otros portavoces y subrayaba la necesidad de "no caer en el error de una nueva negociación con la banda terrorista".
La sorpresa era mayúscula. A algunos de los parlamentarios que figuraban en la "foto" les daba la risa. A otros, ni pizca de gracia: le miraban con cara de reprobación negando con la cabeza, como era el caso de Duran Lleida. La portavoz del PP, impertérrita, ni un solo gesto. Y PNV e IU murmuraban a un lado. Terminado el acto, el corrillo. Mientras Maura se alejaba con una sonrisa, los portavoces bromeaban con el que llamaban el "intruso". "No teníamos ni idea de quién era", decían unos; "Yo pensaba que era un senador", decían desde el PP. "Es que no es un cargo del Congreso, ni tan siquiera diputado, no debería estar aquí", se quejaban otros. En resumen: que no ha sentado bien a nadie. Ni a la derecha, ni a la izquierda, ni a los nacionalistas.