Ante un público entregado, que le aplaudió con intensidad al final de su conferencia, el sudafricano Brian Currin, uno de los los mediadores internacionales que participó en el proceso de negociación entre el Gobierno Zapatero y ETA, promocionó este martes en el Círculo de Bellas Artes de Madrid la reedición de las conversaciones entre terroristas y representantes del Ejecutivo.
Tras presentarse como "un agente al servicio de la paz", dijo que las negociaciones políticas que se mantuvieron, al menos, entre 2006 y 2008, estaban "condenadas al fracaso" porque "no es posible que dos partes negocien de buena fe en un entorno de violencia recíproca". Según dijo, el terrorismo de ETA es equiparable a las actuaciones de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado contra los grupos etarras y con la encarcelación de los principales dirigentes de Batasuna-ETA por seguir las directrices de la banda terrorista.
Currin, en cuyo currículum de negociador se incluye su supuesto buen hacer en Sudáfrica, Irlanda del Norte o Bosnia, alabó "sin condiciones" la postura mantenida en los dos últimos años por los principales dirigentes de la estructura de ETA dedicada a la actividad política y sindical, Arnaldo Otegi y Rafael Díaz Usabiaga.
"En los dos últimos años he visto cambios en la izquierda abertzale. Creo que lo que ha intentado hacer la izquierda abertzale es llevar a la mayoría de la gente que ha estado apoyando la violencia hacia otras posiciones. Pero si hubiesen condenado a ETA habrían establecido una barrera que hubiera creado una división en su interior", dijo.
Tras esto, alabó que en la última ponencia de Batasuna se hable de que los partidos y sindicatos independentistas se deben unir para crear un nuevo pacto de Estella que obligue al Gobierno a negociar, eso sí, con la pertinente tregua de ETA, lo que consideró, la denominada "falta de violencia", como algo novedoso.
Pese a autoproclamarse como un gran conocedor de la denominada "izquierda abertzale", y de haber seguido de primera mano esa supuesta evolución interna que hace que en esta última ponencia abogue con una negociación con nueva tregua incorporada, fue incapaz de responder a la pregunta clave, si Batasuna condenaría el próximo atentado de ETA.