Agradable almuerzo y más interesante sobremesa. Si bien Mariano Rajoy no ha conseguido que Esperanza Aguirre y Francisco Camps se queden a escuchar su discurso de clausura, sí que ha conseguido reunir a todos sus barones sin excepción en torno a una mesa.
El menú, “que no estaba mal” en palabras de un asistente, consistía en mousse de salmón de primer plato y brocheta de rape o solomillo de segundo. De postre, tarta de Santiago.
Una comida, de aproximadamente dos horas de duración, en la que se ha hablado de todo y de nada. Rajoy presidía la mesa escoltado por María Dolores de Cospedal y Alicia Sánchez Camacho. No ha tomado la palabra ni tampoco ha brindado por nada ni por nadie.
“Yo he hablado con quien tenía a mi derecha y con quien tenía mi izquierda”, resumía un miembro de la dirección nacional, que apostillaba: “De verdad que no ha habido nada más -en referencia a la crisis interna-, ha sido una comida de verdad, sin más”.
Y así lo fue hasta el tiempo del café y el puro, cuando entraron en materia. Antes ya habían abandonado la reunión algunos dirigentes como Jaime Mayor Oreja, Antonio Basagoiti, Alberto Núñez Feijóo, María Dolores de Cospedal, Manuel Fraga o Pío García Escudero.
Otros se quedaban hablando en el hall del hotel donde tuvo lugar el almuerzo. Fue el caso de Alberto Núñez Feijóo y Juan Vicente Rambla, que estuvieron más de media hora despachando.
Sin embargo, dentro seguían, entre otros, Esperanza Aguirre y Francisco Camps. El círculo se estrechaba. “Claro que hemos hablado de política”, resumía un miembro del encuentro preguntado por Libertad Digital sobre las heridas internas.
De hecho, Rajoy habló tanto con el valenciano como con la madrileña aunque, según interpretan los allí presentes, fue “algo más amable con el primero que con la segunda”. A la salida del hotel, ambos presidentes atendieron brevemente a la prensa. "Estupendo almuerzo, mejor ambiente", decía Aguirre, para después apostillar: “el PP sale fortalecido, ha sido de lo más oportuno hacer la convención”.
Por su parte, el barón valenciano reveló que le transmitió a Rajoy, al que califica de “gran amigo", que será “el próximo presidente del Gobierno”. También quiso excusar su ausencia del domingo, cuando participará a las pruebas World Finals que Ferrari celebrará en el circuito Ricardo Tormo de Cheste (Valencia) y a las que acudirá el piloto Fernando Alonso, que ha fichado por esta escudería para la próxima temporada.
Alicia Sánchez Camacho también fue protagonista. Se habló de Cataluña y sus compañeros se acercaron a ella para saber “cómo iban las cosas”. Alguno le llegó a advertir que tuviera cuidado, en referencia a una posible alianza con CiU para alcanzar la Generalidad.
En conclusión, un líder regional resumía: “Una comida cojonuda y una sobremesa aún más cojonuda”. En su opinión, “hablarán mucho y se dirán muchas cosas” pero “aquí hoy todos hemos dicho que hay que cerrar filas y forjar una alternativa”.