(Libertad Digital) Como ya desveló Luis del Pino en Libertad Digital, la operación de Albolote, localidad granadina donde dos de los presuntos suicidas de Leganés alquilaron un piso, no ha hecho sino brotar nuevos enigmas y contradicciones en la versión oficial de los atentados del 11-M.
El episodio de Albolote ocurrido en la madrugada del 2 al 3 de abril de 2004, como recordó Luis del Pino, resulta bastante peculiar. No sólo por las correcciones tanto en los autos como en las declaraciones de los testigos, sino también, porque, entre otras cosas, no se ha llamado a declarar ante Del Olmo o la Policía a la única persona que está viva y de la que se encontraron huellas en este piso: Abdelaziz Stitou.
La declaración ante el tribunal del 11-M de un miembro de la Policía Científica que participó en esta operación despejó la duda sobre la intervención de los GEO en este piso de la calle Hornillo 2. Sí existió esa actuación del Grupo Especial de Operaciones del Cuerpo Nacional de la Policía. Es más, el agente especificó que él, junto con sus compañeros, accedió al piso de madrugada, una vez que los GEO habían finalizado su tarea. Indicó, además, que no encontró "indicios de pelea", ni tampoco de que la vivienda "se encontrara habitada".
El testigo quiso exponer ante la sala un "detalle" que percibió en la casa. Narró que en el cuarto de baño se fijó que el espejo había sido "frotado" con rapidez y con un trapo sucio. "La vivienda había sido tratada de limpiar rápidamente", dijo.
"Cuatro cositas desperdigadas"
No obstante no estuvo presente ni en Leganés ni en los focos de los explosivos. En cambio, sí participó también en el registro de la Renault Kangoo.
Sobre esta actuación señaló que sobre "las 12 ó 13 horas me avisan de que hacia la Comisaría General de Información viene la furgoneta". Sin embargo, reconoció que no es hasta las 15 ó 15:30 horas cuando les avisan "desde control" que la furgoneta ya estaba en las dependencias de los Tedax en Canillas. Por tanto, siguiendo las declaraciones Sánchez Manzano, que ya había desvelado Libertad Digital, esa furgoneta estuvo una hora desaparecida a efectos oficiales, pues entró sobre las 14 horas, una hora antes de la que aparece en el acta de registro y una hora antes también de que avisaran a la Policía Científica.
Una de las aseveraciones que más llaman la atención de la declaración de este testigo policial, y que en sí misma es contradictoria, es la referente a los objetos encontrados en la Kangoo. Cuando un funcionario de información les entrega la furgoneta, una hora después de su llegada a las dependencias policiales, proceden a desprecintarla. En su interior, insistió el agente policial, había "cuatro cositas desperdigadas". También observan que "debajo del asiento del copiloto se asomaba un plástico azul". A pesar de no tener "mucha luz", constatan que la Kangoo "estaba prácticamente vacía", y vuelve a insistir: "Había cositas desperdigadas por el suelo. Cuatro cositas".
Sin embargo, la lista con el contenido encontrado en el vehículo, que consta en el sumario y del que dio cuenta El Mundo, se compone de 61 objetos entre los que figuran ropa, cajas con multitud de objetos en su interior, linternas, una maza, un bidón, paraguas, cintas, etc. Por ello, y una vez más Gómez Bermúdez le exhibió dicha lista para que constatara si eran esos los enseres que encontró en la furgoneta. Sorprendentemente, el testigo policial, afirmó que "aunque no me acuerdo de todos uno por uno, en líneas generales sí es lo que vimos". Este miembro de la Policía Científica afirmó también que realizaron "un reportaje fotográfico y videográfico" de la Kangoo.
Un policía de Gijón confirma las denuncias de Lavandera
El jefe de turno de la oficina de denuncias de la Comisaría de Gijón en el año 2001 declaró ante el tribunal que Francisco Javier Lavandera acudió a las dependencias policiales con objeto de informar de que "unas personas de Avilés" le habían propuesto participar en actos delictivos, entre ellos el tráfico de explosivos.
El testigo relató que ordenó la redacción de una nota informativa sobre esta declaración y recordó que Lavandera llegó a relatarle que estas personas, que había conocido en el club en el que trabajaba como portero, le preguntaron si sabía hacer bombas con móviles. Añadió que denunció también que se dedicaban al tráfico de drogas y a la falsificación de dinero.