Tras los sondeos publicados en las últimas semanas por El País, el diario publica este domingo una última encuesta con un titular demoledor para Rajoy: afirma que su imagen "se derrumba" ante la última crisis que azota su partido. El diario, portavoz de Cobo en su catarata de insultos contra Aguirre, apunta que la diferencia entre PP y PSOE sería de cuatro décimas: el PP obtendría un 40,3 por ciento de votos y el PSOE, un 39,9 por ciento. Hace dos semanas, según una encuesta del mismo diario, también de Metroscopia, la distancia era de 1,3 puntos. Hace un mes, también según El País, la diferencia era de casi cuatro.
El culpable, para El País, es Rajoy y así lo procura reflejar con los datos de la encuesta. Dice el diario que al 83 por ciento de los votantes –el 68 por ciento, en el caso de los votantes del PP–, le inspira poca o ninguna confianza. Un 63 por ciento piensa que Rajoy "no manda" en el PP. Y apunta que para un 71 por ciento da una imagen de partido "desunido".
De las cuestiones, algunas de ellas dedicadas a preguntar si Esperanza Aguirre estaría afectada por el caso Gürtel o la falsa trama de espionaje, destaca una: el diario pregunta a los encuestados "quién tendría más posibilidades" de ganar a Zapatero en las próximas generales. Las opciones son tres: Rajoy, Aguirre o Gallardón. Y El País se encarga de enfatizar que "la mitad de los votantes del PSOE cree que Gallardón ganaría a Zapatero".
La oportuna pregunta coincide este domingo con otra información de El País que trata de culpabilizar de la crisis del PP en Madrid a Esperanza Aguirre y lanza algún globo-sonda. El diario de Prisa afirma, en portada, que "el entorno de Rajoy" habría pedido "medidas drásticas" contra ella. El diario habla de "momento culminante" en el partido y dice que para los marianistas "el problema se llama Aguirre". "Los más extremistas le piden que acabe con ella montando una gestora en Madrid, dirigida por Ana Mato", llega a decir. No hay mención, por supuesto, a las críticas vertidas por Cobo, con el respaldo de Gallardón y sin sanción todavía por parte de Génova, desde esas mismas páginas.