LD (Pablo Montesinos) A puerta cerrada, y a sus más allegados, Mariano Rajoy no esconde su decepción ante la actitud de Miguel Sanz. Sin embargo, aguantará el chaparrón y no dará por roto el pacto con Unión del Pueblo Navarro hasta después de la votación de los Presupuestos Generales del Estado.
En un comunicado hecho público este lunes, el Partido Popular le recuerda a UPN que "las decisiones de política nacional" -como la votación de los PGE- le corresponden a ellos por lo que los regionalistas "actúan claramente en contra del acuerdo y provocarían una ruptura unilateral". Un portazo, reseñan, "que se produciría sin necesidad de denuncia previa a través de los hechos consumados".
El PP, señala el comunicado, lamenta "profundamente" la decisión que han adoptado los órganos de decisión de UPN, algo que "pone en serio peligro la extraordinaria y fructífera colaboración de nuestros dos partidos en 17 años".
Paralelamente, desde Génova siguen confiando en la posibilidad de que los dos diputados regionalistas, Santiago Cervera y Carlos Salvador, se mantengan fieles a la disciplina del partido y hagan caso omiso a las órdenes de Sanz. La lealtad de Cervera es más que previsible. Fuentes del partido aseguran que el propio dirigente político así se lo ha hecho saber a la Dirección Nacional del PP. Él matiza: "Estaré a la altura". Todos, Rajoy el primero, le han agradecido el gesto. En Pamplona no están tan contentos y le advierten: tendrá que enfrentarse al Comité de Garantía y Disciplina.
Opinión diferente tiene Carlos Salvador, que ya ha dicho que acatará la decisión de UPN. En declaraciones a este periódico, dijo que es "disciplinado" y se sumó a la nueva estrategia diseñada por los regionalistas. Intentar explicar que en Navarra "la línea divisoria no se sitúa entre socialistas y populares sino entre constitucionalistas y nacionalistas". Aquí entra hasta el hostigamiento de ETA: "ambos tenemos que llevar escoltas porque sufrimos el azote de los terroristas".
Los planes de Mariano Rajoy
Ante tal panorama, Mariano Rajoy tiene una idea clara: no quiere un desastre electoral en Navarra. Un desastre que, según fuentes consultadas por Libertad Digital, llegaría con la ruptura del pacto. Entonces, el PP recuperaría sus siglas en Navarra y se daría una fragmentación entre los votantes de centro-derecha. El gran beneficiado: el Partido Socialista.
Por ello, Rajoy da un balón de oxígeno a sus aliados: "Todavía hay tiempo para que UPN reconsidere su decisión toda vez que la materialización del acuerdo del Consejo Político se debe realizar en la votación que tendrá lugar el en debate de Presupuestos".
Con la ruptura con el PP, dice Santiago Cervera en La Razón, "gana el PSOE" y UPN perdería Navarra "tarde o temprano". Sin embargo, reconoce que entendería que Génova diera este paso ya que "es como si el marido le pone los cuernos a su esposa, y al tiempo le dice que no quiere cargarse el matrimonio. Y aquí, justo es decirlo, ha sido UPN quien ha cambiado su comportamiento, para sorpresa del PP".
Según fuentes consultadas, el problema de Miguel Sanz es su interés por mantenerse en el poder cueste lo que cueste. Fue él quien dijo que "no le temblaría el pulso" para convocar elecciones en caso de inestabilidad política. Sin embargo, en la sede regionalista no contemplan esa posibilidad e inciden en tener buena relación con los socialistas.
Si Rajoy decide finalmente no romper el pacto con UPN pese al órdago de Sanz, ¿su liderazgo quedaría intacto? La respuesta, según un importante dirigente popular, es evidente: sería un nuevo gesto de debilidad, y ya son unos cuantos. Sin embargo, su equipo cree que el desastre en Navarra no se produciría.
Mientras tanto, en Ferraz se frotan las manos. El último en referirse a la crisis entre PP y UPN ha sido José Blanco. El vicesecretario general de los socialistas agrade a Miguel Sanz que favorezca la votación de los Presupuestos, pese a decir explícitamente que "son malos" para Navarra y para España. Además, insiste en que el PSN "jamás" ha amenazado ni chantajeado a Unión del Pueblo Navarro.