La nueva franquicia electoral de Batasuna va perdiendo las opciones que salen a su paso para desvincularse definitivamente del terrorismo de ETA. Y es que con la operación policial desarrollada la madrugada de este martes, en la que los agentes de la Guardia Civil incautaron 200 kilos de material explosivo a un grupo etarra, se alcanzan ya las tres ocasiones perdidas por parte de la formación.
La primera de esas oportunidades fue a principios de febrero, durante la presentación de la formación batasuna en Madrid, coincidiendo con la solicitud de inscripción de la misma en el registro de partidos políticos del Ministerio del Interior. Emplazado por Libertad Digital a exigir la disolución de ETA y la entrega inmediata de sus armas, el portavoz de Sortu, el catedrático de periodismo Iñaki Zabaleta, rechazó pronunciarse y se limitó a decir que Sortu es una "ruptura" y que "reniega de la violencia, rechaza la violencia".
La segunda de estas ocasiones se desvaneció este fin de semana pasado. La madrugada del domingo, jóvenes proetarras quemaron varios contenedores ubicados frente al número 37 de la bilbaína calle Zabalbide. Las llamas terminaron dañando a varios comercios y alcanzaron también a dos vehículos antes de que fueran extinguidas por los bomberos. Ni un solo dirigente de la nueva franquicia proetarra rechazó o condenó ese acto de terrorismo callejero.
La última oportunidad perdida por los dirigentes de Sortu fue este mismo martes, en la que podían haberse desvinculado de los terroristas de ETA después de que la Guardia Civil encontrase más de 200 kilos de material explosivo. Así lo consideró, entre otros, el consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, quien recordó que la franquicia etarra tenía una "magnífica oportunidad para fijar su posición de rechazo y repulsa sobre los actos terroristas".
De este modo, en la rueda de prensa posterir al Consejo del Gobierno vasco, advirtió de que los dirigentes de la nueva Batasuna "saben que tienen que pronunciarse si quieren ser creíbles", a la vez que aseguró que "hoy mucha gente de Euskadi se siente más libre".