L D (J. Arias Borque) Reciben un salario superior a los tres mil euros en la España de Zapatero, la misma que ha superado los cuatro millones de parados y podría superar los cinco a finales de año. Tienen un teléfono móvil que financia la institución, y muchas prebendas que ya les gustaría tener a todas las personas que financian su empleo con su salario. ¿Qué hacen ellos a cambio? Apretar un botón en las votaciones importantes y hacer acto de presencia en los grandes debates.
Después de cuatro años en la Cámara Baja habrán conseguido la pensión máxima cuando se jubilen (algunos la consiguieron ya en legislaturas pasadas), pero pasado ya su primer año de esta legislatura en la institución que representa la soberanía popular todavía no se han estrenado. Ni una pregunta oral al Gobierno, ni una pregunta por escrito al Ejecutivo, ni una solicitud de informes, ni una solicitud de comparecencias, ni una solicitud para la creación de órganos, ni una intervención en pleno o en comisión parlamentaria. ¿A qué dedican su tiempo? Un misterio. Se trata de tres parlamentarios. Dos del PSOE, Txiqui Benegas y Sixte Moral (entró en julio, de 2008, pero casi llega ya al año); y uno del PP: Carlos Aragonés.
La lista de los diputados que permanecen inéditos podría ampliarse con otros seis nombres, todos ellos socialistas, pero desempeñan funciones en la Cámara Baja que les servirían como excusa. Este sería el caso del ex ministro Jesús Caldera (presidente de la Comisión para las Políticas Integrales de la Discapacidad), la ex ministra Carmen Calvo (presidenta de la Comisión de Igualdad, presidenta de la Subcomisión para el estudio de la Ley integral contra la violencia de género, y fue presidenta entre octubre y febrero de la subcomisión sobre la interrupción voluntaria del embarazo), el ex vicepresidente Alfonso Guerra (presidente de la Comisión Constitucional y presidente de la Subcomisión sobre posibles modificaciones del Régimen Electoral General), la ex ministra María Antonia Trujillo (presidenta de la Comisión de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca), el balear Pablo Martín Peré (presidente de la Comisión de Peticiones) y de Jaime Javier Barrero (secretario primero de la Mesa del Congreso).
Otros cuatro parlamentarios más permanecen inéditos, se trata de los socialistas José Luis Ábacos, Luis Antonio Gomez, Mª Mercedes Gámez, y de la popular Ana Belén Vázquez, pero en estos cuatro casos el que más solo lleva dos meses en la Cámara, por lo que se puede interpretar que todavía están asentándose en sus nuevo puesto.
El poco trabajo en la Carrera de San Jerónimo es algo casi generalizado. Con menos de diez aportaciones en este primer año hay veintinueve parlamentarios (26 del PSOE y 3 del Partido Popular) y si se buscan diputados con menos de cincuenta aportaciones el número supera ampliamente el centenar de electos, la gran mayoría del PSOE, debido a que tradicionalmente son los diputados de la oposición los que mayor trabajo realizan en el Congreso.
Pese a estos datos desalentadores sobre el trabajo de los diputados, es de justicia reconocer que tras un año de legislatura, son ya una veintena los parlamentarios que han superado el millar de aportaciones en la Cámara. Diecinueve del PP y uno, el único, de UPN. Además, tres de ellos han presentado su firma en el registro acompañando una iniciativa en más de 3.500 ocasiones. Se trata de los populares Rafael Merino López, Celia Villalobos y María Begoña Chacón.