(Libertad Digital) La "ecologista" comisaría de Barcelona que pretende ser el adalid del modernismo ha tenido un costo de catorce millones de euros. Tras cuatro años de obras, esta infraestructura se alimentará completamente por placas fotovoltaicas, aunque éstas están colocadas en las mismas ventanas lo que no permite que la luz natural pueda entrar en el edificio. De hecho, según informó ABC, todas las ventanas están semitapadas o tapadas completamente.
Este hecho provoca que la luz del edificio del Eixample debe estar siempre encendida por lo que lo que se pretendía como solución se ha convertido en el gran problema puesto que se obliga a utilizar más electricidad. En este sentido, tanto el Partido Popular como Ciudadanos han denunciado la "chapuza" y la "ostentación ecologista" de una obra auspiciada por el consejero de Interior de la Generalidad, Joan Saura. El edificio se inaugurará en abril con dos años de retraso y el acto será presidido por el político eco-socialistas.
Sin embargo, desde Interior justifican esta "chapuza" alegando que el objetivo de colocar las placas en las ventanas es "evitar la sensación de vértigo". Pero los técnicos dudan de la funcionalidad de la colocación puesto que están colocadas verticalmente y no de forma inclinada, modo en el que recibirían mejor la luz del sol.
Por ello, el popular Daniel Sirera aseguró que esto es un ejemplo más "de los inventos poco funcionales de ICV". "Ya son demasiadas las muestras de la política de escaparate de esta formación", sentenció el político catalán. Desde Ciudadanos, José Domingo indicó que "lo lógico es que las placas solares estuvieran instaladas en el tejado" por lo que realizarán varias preguntas al consejero en el Parlamento catalán.