En declaraciones a Europa Press, Alicia Sánchez Camacho manifestó que es "condición sine qua non" para pactar con CiU que aparque su apuesta por el derecho a decidir. Respondía así a la intención de Artur Mas de gobernar en solitario y apoyarse tanto en populares como socialistas en el caso de acceder a la Generalidad.
Camacho señaló que la posición del PP está muy alejada de la CDC independentista que, a su juicio, está impulsando el secretario general adjunto, Felip Puig, "con el consentimiento del líder de CDC, Artur Mas". "Veo a CiU cada vez más abocada a la ruptura con España", dijo.
Pese a esto, la líder popular dijo que hará valer el peso de sus votos para negociar posibles pactos postelectorales y reiteró que su intención es ser un partido "de gobierno", aunque evitó concretar si su objetivo es tener consejeros en el futuro Govern, afirmando que "ahora" no toca hablar de pactos.
"Para el PP ya ha pasado el momento de dar estabilidad en Catalunya, y ahora ha llegado el momento de la gobernabilidad. Estoy dispuesta a hablar con todo el mundo, lo que quiero es que mi partido sea respetado y decisivo, como lo es en toda España", dijo.
Camacho también explicó que aún no ha empezado a elaborar la lista electoral para las autonómicas, pero avanzó que renovará el actual grupo parlamentario y apostará por un "equipo fuerte" y comprometido con las ideas del PP.
Explicó que no apostará por personas de perfil independiente, a diferencia de lo que hizo el ex presidente de los populares catalanes, Josep Piqué, cuando fichó a Montserrat Nebrera para ser la número dos en las listas electorales de los comicios de 2006.
"Los independientes no son los primeros defensores del compromiso con el proyecto", sentenció. Consideró que los populares han cambiado muy a menudo de líderes en Cataluña, y defendió que las presidencias han de ser a medio y largo plazo. "Lo primero es el compromiso con el partido, otros han valorado otras cosas y ha salido mal", apostilló.
Camacho afirmó que desde su llegada a la presidencia, el PPC tiene un peso muy importante en Génova, afirmando que los "hechos hablan por sí solos". "Ahora pasa a la inversa, es Madrid quien nos consulta a nosotros cualquier cosa en relación a Catalunya. Hemos marcado la línea de cualquier respuesta que se deba dar sobre lo que pase en la política catalana", aseguró.