El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz ha levantado parte del secreto del sumario del caso Faisán a la que hasta ahora sólo tenían acceso el fiscal y el propio instructor. En un auto hecho público este lunes, el magistrado explica que el inspector de la Brigada de Información de Álava, José María Ballesteros, uno de los imputados en la causa, entró en el bar de Joseba Elosúa (en Irún) en tres momentos distintos entre las 11 y 12 horas del 4 de mayo de 2006, día en que se produjo el soplo a la red de extorsión de la banda criminal.
Así consta en el vídeo que el equipo investigador grabó durante su vigilancia en torno al establecimiento y en los sucesivos informes periciales que distintos grupos de las Fuerzas de Seguridad del Estado han aportado a este procedimiento judicial. Por ello, el magistrado considera "indubitada" la identidad de Ballesteros después de estudiar los análisis que encargó a la Comisaría General de la Policía Científica, al servicio criminalista de la Guardia Civil y al centro de visión de la Universidad Autónoma de Barcelona sobre su fisonomía. Se trataba de un "estudio pericial antropométrico" del imputado para poder "confirmar la presunta autoría de los hechos".
Asimismo, en la resolución judicial, el magistrado informa de que llamó a declarar el pasado 10 de marzo a Ballesteros –un dato que hasta ahora no había trascendido- y éste reconoció su "presencia física en la totalidad de las imágenes".
Tres entradas el día de la filtración
Hasta ahora, de la investigación del chivatazo a ETA se desprendía que el día del soplo una persona entró en el establecimiento de Joseba Elosúa, el cobrador de ETA, y le pasó un teléfono donde alguien le avisó de que España y Francia iban a llevar a cabo de forma conjunta una operación policial contra la banda terrorista.
Ahora, el juez señala a Ballesteros como la persona que dio ese teléfono al etarra. En concreto, los tres momentos en los que Ballesteros aparece en las imágenes del bar 'Faisán' son los comprendidos entre las 11.14.05 y las 11.14.10 horas, entre las 11.30.03 y las 11.30.08 y entre las 11.46.15 y las 11.46.25. Según la Fiscalía, la "filtración" pudo producirse entre las 11:10 y las 12:00 horas de ese día.
Actualmente, en la causa están imputados el ex director general de Policía y dirigente del PSE en Álava Víctor García Hidalgo, el jefe superior de Policía del País Vasco, Enrique Pamies, y Ballesteros.
Detrás del soplo, según el juez, podrían haberse cometido dos delitos: uno, de revelación de secretos por parte de un funcionario público y, otro de colaboración con banda armada. El primero de ellos está penado con hasta tres años de prisión, mientras que el segundo de ellos con un máximo de diez años de cárcel. Por su parte, el pasado viernes el fiscal Carlos Bautista pidió que se retirara el delito de colaboración con banda armada a los tres imputados en el caso.
¿Quién es Ballesteros?
En las fechas en las que se produjo el chivatazo, José María Ballesteros era un inspector de la Policía Nacional destinado en la Brigada de Información de Álava, con sede en Vitoria. Era, a su vez, un agente de la absoluta confianza de Enrique Pamiés.
Según declaro ante el juez de la Audiencia Nacional, la mañana del chivatazo a ETA se desplazó hasta la rotonda del barrio de Behobie de Irún donde se encuentra el bar Faisán, a un escaso centenar de metros de la frontera con Francia, para comprobar la presencia policial en la frontera por encargo de Pamiés, ya que éste, supuestamente, iba a encontrarse en el sur de Francia con alguien de la estructura de ETA que le facilitaba información. En la citada declaración, dijo que pudo haber estado esa mañana en el Faisán porque tomó un café en la zona, aunque no recordaba dónde.
Desde la fecha del chivatazo a ETA, el 4 de mayo de 2006, Ballesteros ha sido ascendido de inspector a comisario, y en la actualidad desempeña sus funciones en una comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en Bilbao.