"El caso Faisán existió, el chivatazo no es un invento y no se pudo ejecutar sin que usted y Zapatero lo conocieran", dijo Gil Lázaro. Y argumentó que si no hubiera sido así, el Gobierno hubiera sido el primero en querer conocer la verdad y castigar a los que lo hicieron. "Las andanzas del juez y el fiscal repugnan al derecho, las suyas le delatan".
Acusó al Gobierno de "repartir premios" a los relacionados con el caso para "comprar silencios". "Ahora le ha tocado el turno a García Hidalgo para garantizarse la desmemoria que viene demostrando como imputado, una desmemoria ridícula y sospechosa". En opinión del diputado popular, esta "maniobra" demuestra que "el presidente y usted tienen miedo a perder el control judicial del caso" y de que García Hidalgo se de cuenta de que ha sido el "cabeza de turco" al "endosarle la responsabilidad exclusiva" del asunto para evitar que la investigación apunte a responsables más altos. Cree que Rubalcaba y Zapatero tienen miedo de que Hidalgo, al verse "apartado" dijera finalmente "quién ordenó el chivatazo".
"¿Quién ordenó el chivatazo?", preguntó de nuevo Gil Lázaro. Dando por supuesto que el ministro de Interior se andaría "por las ramas" en su respuesta, advirtió que "sus trucos ya no le sirven, antes o después tendrá que responder esa pregunta ante un juez y usted lo sable".
Y tuvo razón, Rubalcaba eludió responder y habló sobre los derechos de los políticos implicados en procesos judiciales a desempeñar cargos y acusó al PP que querer retirar esos derechos. Se fue a las elecciones y acusó al PP de haber presentado a 14 imputados como candidatos a alcaldes. Recordó la frase de Sáenz de Santamaría sobre la desmemoria de Hidalgo. "Qué mala fe, pensé entonces, qué rebuscado. Salvo que tenga a alguien a su lado que quiera perder la memoria para conservar el cargo". Y nos quedamos sin saber nada sobre el caso Faisán.