Tomadura de pelo. Así se pueden calificar las respuestas que el ministro del Interior ha remitido al Partido Popular. Nada menos que 270 preguntas sobre el caso del chivatazo a ETA, que Rubalcaba ha contestado in extremis, antes de que finalizara el plazo para hacerlo.
Ante semejante tardanza cabía esperar que, por lo menos, el ministro se esmerara en sus contestaciones. Pues nada más lejos de la realidad. De las 270 interpelaciones, la respuesta de 102 de ellas consta únicamente de un simple "No". A veces, con un poco más de contundencia espeta un "nunca", sobre todo cuando se refieren a su mano derecha, Antonio Camacho. El resto, no sabe-no contesta. Los "se desconoce" también son numerosos, así como las constantes referencias a que la investigación judicial sigue abierta, comodín perfecto para no responder.
Quizá lo más llamativo, aunque no lo único, es que Alfredo Pérez Rubalcaba afirma que "nunca" informó al presidente del Gobierno de que la operación contra la red de extorsión de ETA prevista el 4 de mayo de 2006 se frustró como consecuencia del supuesto chivatazo dado al dueño del bar 'Faisán'.
Para el diputado popular, Ignacio Gil Lázaro, el hecho de que Zapatero no estuviera al corriente del mismo "obliga al presidente del Gobierno a tomar alguna decisión inmediata. ¿O acaso ese nunca sugiere que no hacía falta porque el presidente estaba en el conocimiento inicial?", se preguntó. Aunque para esa pregunta, la contestación está en lo que vaya a hacer Zapatero a partir de ahora, señala el popular.
También "sorprendente" resulta para Gil Lázaro que en sus respuestas se desvele que Rubalcaba conocía desde el 8 de mayo de 2006 la existencia del chivatazo, lo que contrasta con que desde el 14 de octubre de 2009 haya venido negándolo ante el Pleno del Congreso.
Otra de las conclusiones más destacables a extraer de las 270 respuestas del Ministerio del Interior es que el ministro elude valorar si considera creíble o no el hecho de que un funcionario policial, un jefe superior de Policía y el director general de la Policía urdieran por su cuenta el chivatazo sin recibir órdenes superiores.
Ni él ni su número dos, Antonio Camacho, sabían nada a priori ni a posteriori de que los etarras y Gorka Aguirre se iban a reunir en el bar Faisán. Sí insinúa que el Comisario General de Información, Telesforo Rubio, podía tener esa información. "El Comisario General de Información tenía los conocimientos habituales propios de una operación dirigida por la Audiencia Judicial".
Ni él ni Camacho fueron informados de nada por sus subordinados, según Rubalcaba
Tampoco fueron informados, siempre según Rubalcaba, de la operación conjunta que iba a tener lugar entre la Policía española y la francesa ni mantuvieron ningún tipo de comunicación entre sus homólogos galos. Y así una detrás de otra.
El PP destaca que el secretario de Estado de Seguridad nunca citara al director general de la Policía para que le informara sobre el chivatazo dado al dueño del bar Faisán una vez conocida ya la existencia de éste, lo que no deja de ser sorprendente.
Pérez Rubalcaba se escuda en la investigación judicial para eludir su responsabilidad como ministro del Interior. Y es que no hubo ninguna investigación interna, ningún expediente abierto, ningún mando policial apartado. Es más, lo que hubo fueron ascensos.
¿Por qué no ordenó nunca una investigación interna referida al chivatazo dado el 4 de mayo de 2006 al dueño del bar "Faisán" teniendo en cuenta que dicha investigación era perfectamente compatible en el ámbito administrativo con las actuaciones judiciales? La investigación de los hechos se estaba llevando a cabo por la Audiencia Judicial.
¿Por qué no ha abierto expediente a los funcionarios policiales imputados por el juzgado número 5 de la Audiencia Nacional en relación con el chivatazo dado al dueño del bar Faisán el 4 de mayo de 2006? La investigación judicial sigue abierta.
Estas dos preguntas, con sus respectivas respuestas, son sólo una muestra de la tomadura de pelo del ministro del Interior.
Gil Lázaro subrayó también el hecho de que el ministro no sepa por qué el comisario general de Información, Telesforo Rubio, y el jefe accidental de la Unidad Central de Inteligencia, José Cabanillas, tardaran tres días en informar al juez sobre el descubrimiento del chivatazo y que eluda explicar si se adoptaron medidas disciplinarias contra ambos mandos policiales -que no se adoptaron- por la tardanza en poner a disposición del juez la información y los documentos relativa al chivatazo.
"Sorprende" del mismo modo que el Gobierno no ofrezca ninguna aclaración concreta más allá de decir que se "desconoce" al hecho de que si es cierto o no que un representante del Gobierno en las conversaciones de ETA y abogado durante años del juez Garzón, José Manuel Gómez Benítez -hoy miembro del CPGJ- manifestara cara a cara a los terroristas que el chivatazo se dio para blindar el proceso de paz.