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Rubalcaba nombró a los mediadores con ETA un año antes de ser ministro

Se confirma. La negociación con la banda terrorista comenzó mucho antes de lo confesado, según relatan los propios negociadores del gobierno. 

El control de Alfredo Pérez Rubalcaba de la negociación con la banda terrorista data de mucho antes de llegar al Ministerio del Interior. Ya era el ministro para la negociación mucho antes de que Zapatero solicitase al Congreso de los Diputados autorización para negociar con los criminales.

Así lo asegura el propio negociador Javier Moscoso, que ha confesado ante el juez Ruz que "cuando le llamaron para confiarle la condición de negociador, lo hizo el Sr. Rubalcaba cuando aún no era ministro. Que le dijeron que la negociación comenzaría 4 o 5 meses después y nunca antes de que el presidente hiciera público el comienzo del proceso con ETA". Es lo que el propio socialista navarro testificó en su declaración sobre la reunión con ETA el 22 de Junio de 2006. Esa fue una de las pocas revelaciones que el juez Ruz le logró sonsacar, ya que la mayoría de sus preguntas eran zanjadas con un "no recuerdo" por parte de Moscoso. 

De las declaraciones de los otros dos negociadores del Gobierno con ETA, Jesús Eguiguren y José Manuel Gómez Benítez, se desprenden también más mentiras del Gobierno. En primer lugar, el presidente de los socialistas vascos confesó ante Ruz que podría haber habido unas "65 reuniones" con la banda terrorista antes de la del 22 de Junio, en la que se habló de las detenciones de la red de extorsión y del chivatazo.

Ambos explicaron que esa reunión en la que se habló del Faisán con los criminales tuvo lugar en Ginebra, y continuó al día siguiente en Montreaux. El hecho de que las conversaciones se mantuvieran en castellano, euskera, inglés y francés les ha proporcionado a los negociadores la excusa perfecta para eludir responsabilidades sobre lo dicho: "Parece más bien una traducción deficiente del euskera" huía Eguiguren. "Las palabras escritas no quieren decir literalmente lo que consta escrito" dijo al juez, echando balones fuera.

Por otro lado, tanto Eguiguren como Mosoco tuvieron que revelarle al magistrado cuáles eran sus alias en la negociación. Al primero le llamaban Miguel y a Moscoso se le conocía como Antonio. El sanguinario Josu Ternera se identificaba con George, aunque en las actas también figura como EO

La declaración del vocal general del Consejo General del Poder Judicial, Jose Manuel Gómez Benítez, fue la más controvertida. Se negó a dar los nombres de los negociadores de ETA y el Gobierno. Finalmente, se libró de revelar esta información. Aunque él no estuvo en la reunión, su interrogatorio ante Ruz fue el más largo y el más tenso, según El Mundo

Y es que el papel del vocal fue dejar claro a los criminales de ETA que "El Gobierno no tenía ninguna responsabilidad en las detenciones que marcaban los jueces". 

Los tres negociadores coinciden en algo en sus declaraciones: la amnesia y la negación sistemática. A las preguntas del juez Ruz sobre si habían dicho las palabras que se les atribuyen en las actas de ETA, todos ellos contestaron con evasivas, aludiendo a la desmemoria o a errores de transcripción, ya que no había "actas como tales". 

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