En una rueda de prensa extraordinaria en el lugar de los hechos junto a la lehendakari vasca en funciones, Isabel Ceelá, así como otras tantas autoridades, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha agradecido la "exquisita colaboración" de todos los servicios de seguridad así como "el rechazo frontal" al atentado de todas las formaciones democráticas.
"La mejor noticia es que ya no hay nadie en los hospitales", ha anunciado el titular de Interior, que ha mostrado sus "condolencias y solidaridad" con los agentes de la Guardia Civil afectados por la brutal deflagración.
Dicho esto, Rubalcaba ha querido dejar claro que "esta barbaridad, este horrendo atentado" tenía como objetivo causar víctimas mortales. Y añade: "es especialmente canalla porque iba, no solo contra la Guardia Civil, sino contra sus familias".
Además, ha recordado que, en el momento del atentado, "dormían en los pisos casi 120 personas, de las cuales 41 eran niños y niñas" por lo que "había 41 niños durmiendo que podrían haber muerto". Los etarras, agregó, "son asesinos salvajes y enloquecidos, lo que no les hace más fuertes, pero sí más peligrosos".
Ya en el turno de preguntas, Rubalcaba ha sido abordado por las pesquisas de la investigación, aunque ha declinado aportar nuevos detalles. Sí que ha dicho que la bomba era "muy importante" y que "es probable" que la furgoneta proviniera de Francia.
"Me gusta poco especular", apuntó, para después asegurar que, según su impresión, este atentado no tiene nada que ver con el cincuenta aniversario del nacimiento de ETA.