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Rebelión interna contra Soraya: "Practicamos la oposición de pasar la mano por el lomo"

Sáenz de Santamaría no se ha ganado a los suyos, más bien todo lo contrario. Creen que no se les tiene en cuenta y que su trabajo no es recompensando. El anuncio de sanciones y las palabras de su portavoz sobre el absentismo en la sesión de control al Gobierno han levantado ampollas.

Sáenz de Santamaría no se ha ganado a los suyos, más bien todo lo contrario. Creen que no se les tiene en cuenta y que su trabajo no es recompensando. El anuncio de sanciones y las palabras de su portavoz sobre el absentismo en la sesión de control al Gobierno han levantado ampollas.
LD (Pablo Montesinos) Desconcierto, malestar y falta de liderazgo. En el Grupo Popular son cada vez más los diputados que no entienden la nueva estrategia dictada desde Génova. Dicen que eso "no es lo que quieren nuestros votantes, nuestros afiliados". "Se quiere borrar la línea anterior, practicamos la oposición de pasar la mano por el lomo, todo suave no se vaya a enfadar Zapatero", recalca un veterano representante del PP, también presente en el Hemiciclo durante la pasada legislatura.
 
Un malestar, apunta, que provoca ausencias e imágenes tan lamentables como la vista en la última sesión de control al Gobierno. "Hay que controlar, meter caña, pero ahora toca, como dicen los jóvenes, el buen rollito" y para eso "mejor ver el debate en el despacho, desde el televisor".
 
A ello se suma la nula comunicación de la dirección del grupo con sus diputados. No hay una relación personal o reuniones sino mensajes electrónicos e informes en las mesas de los despachos. El liderazgo de Soraya Sáenz de Santamaría sigue muy cuestionado, pese a que fue a finales de marzo cuando Mariano Rajoy la eligió portavoz de los populares en la Carrera de San Jerónimo.
 
Con respecto a la pasada sesión del control al Gobierno, un diputado consultado por Libertad Digital advierte: "yo sí que estaba". Y añade, "si una de las preguntas te interesa vas, si no la ves por televisión". Así lo reconoció el propio Rajoy, que se retrató en una reciente entrevista: si no realiza una pregunta, no pisa el Hemiciclo. Eso sí, este representante popular deja claro que, mientras en la bancada de su formación había más de una treintena de señorías, en la del PSOE no más de veinte y ni un solo diputado de los partidos nacionalistas o del Grupo Mixto.
 
"No saben tratar a los diputados"
 
Y el malestar va en aumento. "Podría llegar al noventa por ciento" comenta otro dirigente popular, también en declaraciones a este periódico. En su opinión, "no saben tratar a los diputados, hay un distanciamiento que no debe de existir". Este hecho afecta a la dirección pero también a los portavoces de cada comisión, "que hacen de su portavocía un feudo". Los diputados del PP están aburridos, creen que su trabajo no es recompensado y que no se les tiene en cuenta. Por eso buscan otra salida fuera de las Cortes. Ahí también entra el nuevo horario de José Bono, que afecta especialmente a ediles y diputados de provincias.
 
Ideológicamente, tampoco están mucho mejor. "Se ha suavizado mucho, no estamos haciendo una oposición adecuada, ahora es blandita cuando habría que decir las cosas con toda claridad", dice otro dirigente del PP, también presente en la anterior legislatura.
 
Endurecimiento de las sanciones
 
Sáenz de Santamaría, consciente del patente malestar, no quiere más díscolos u opiniones que choquen con la postura oficial y por ello ya ha encargado un profundo endurecimiento de las sanciones internas. Hasta ahora, se multaba con sesenta euros por no asistir a un pleno y con trescientos por romper la disciplina de voto. Sin embargo, "ni si quiera se llegan a cumplir". Un plan que ya tiene encargados: José Luis Ayllón, Arturo García Tizón y Jesús Merino.
 
No obstante, en su gabinete de prensa no tienen constancia de tal directriz ni tampoco del profundo malestar existente en la bancada popular. Sobre las escasas reuniones que la portavoz mantiene con los suyos, atinan a decir que la dirección se reúne una vez a la semana para establecer "las pautas a seguir durante la semana". Sin embargo, pueden pasar meses sin que exista algún contacto con el diputado raso,"no hay calor de grupo".
 
Por todo ello, han molestado y mucho las palabras de Sáenz de Santamaría a los suyos: "No es admisible que se produzcan estos vacíos en la bancada... el que no quiera venir, el que no quiera trabajar, que renuncie a su escaño". Lo dijo en Antena3, y agregó: "pido disculpas en nombre de mi grupo porque hemos defraudado y no es tolerable". Su grupo le contesta: "dínoslo a la cara".

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