Extremadamente comedido, Mariano Rajoy no ha utilizado el último cara a cara del año con Rodríguez Zapatero para reclamar elecciones anticipadas o constatar que por culpa del Ejecutivo socialista España no aporta confianza a los mercados. Más bien, todo lo contrario.
Lo que ha venido a decir el jefe de la oposición, en un debate monográfico sobre el Consejo Europeo celebrado la pasada semana, es que para ser más fuertes en el marco comunitario es necesario que el Gobierno cuente con el respaldo de todos los grupos parlamentarios. Por ello, ofreció "apoyos" y solicitó "consenso" a fin de lograr tan complicado objetivo.
"Es mucho lo que nos vamos a jugar en este terreno, y al Gobierno le conviene contar con el mayor número de apoyos", aseguró Rajoy, en una intervención de perfil muy técnico y alejada del juego de palabras que habitualmente utiliza en sus rifirrafes con el jefe del Ejecutivo.
Dicho lo cual, el líder de los populares también hizo un balance demoledor sobre lo aprobado por el Consejo Europeo y, aún más importante, sobre "lo que no ha salido" de dicha reunión. Y es que, en su opinión, existe un "claro mensaje de que no caben atajos" y de que "los Estados miembros tendrán que hacer los deberes sin más ayudas".
"Quedan las cosas claras", sentenció Rajoy, que conocedor de lo mal que están las cosas aprovechó este último debate previo a las fiestas navideñas para lanzar un mensaje de unidad. Y es que, recordó, comunidades autónomas como Andalucía o Castilla-La Mancha son beneficiarias de gran parte de los fondos llegados desde la Unión Europea.
Zapatero: "El peligro no está conjurado"
Zapatero supo agradecer este gesto navideño de Rajoy -habló de hecho de "espíritu navideño"- y alabó su discurso, que calificó de "razonable y constructivo". Estuvo de acuerdo en el diagnósitco del jefe de la oposición y aceptó su propuesta de analizar juntos las "perspectivas financieras".
Previamente, el jefe del Ejecutivo se comprometió a asumir con "plena determinación" sus compromisos con la UE, continuando en el camino de la austeridad, las reformas y la transparencia, porque, ha advertido, "aún el peligro no está conjurado" en la zona euro.
La "crucial" situación actual, añadió, exige responsabilidad y el Gobierno va a asumirla, convencido de que los últimos ataques de los mercados financieros, que están afectando de nuevo a España, "no responden a los fundamentos de nuestra economía".
Frente a ellos, afirmó que la respuesta del Gobierno es "clara": seguirá cumpliendo con la estabilidad presupuestaria, corrigiendo el déficit en los plazos convenidos; y no abdicará de las reformas que juzga "imprescindibles" para que la economía alcance su crecimiento potencial, superior al del conjunto de la UE, informa EFE.
Entre las reformas destacó la del sistema de pensiones y avanzó que el proyecto que el Gobierno aprobará el 28 de enero tendrá la misma "ambición" que la propuesta inicial que defendió a principios de este año -que incluía el retraso de la edad de jubilación- y recogerá las recomendaciones del Pacto de Toledo.