En el Debate sobre el estado de la Nación. Sólo entonces el líder del PP, Mariano Rajoy, contempla pedir un adelanto electoral. Hasta entonces, y según su círculo más íntimo, aplicará una política de “frío-calor” a fin de que el runrún siga en la calle, sin llegar a solemnizar en las Cortes lo que todos en el PP ansían escuchar: “váyase señor Zapatero, convoque elecciones generales”.
En este sentido enmarcan la bravuconada del Senado, donde el portavoz popular, Pío García Escudero, reclamó un adelanto electoral mientras su bancada le seguía al grito de “Zapatero dimisión” y golpeando sus escaños. “¡Ha llegado el momento!”, sentenciaron entonces destacados dirigentes de la formación, que quisieron ver un paso previo a una petición formal de Rajoy el jueves, cuando el Congreso debate el “decretazo” del Gobierno socialista.
Por detrás de los suyos
“Es el escenario perfecto: votamos en contra del plan económico de Zapatero y pedimos elecciones anticipadas”, argumentó un líder autonómico de la formación, en conversación informal con Libertad Digital. “Lo peor de Zapatero es la improvisación, cambia de idea cada doce horas, es un desastre” por lo que, calentado el ambiente en el Senado, “sería el momento idóneo para que Rajoy le diera la estocada final” al presidente.
Un colega del mismo rango se sumaba a esta idea, y confesaba: “es ilógico que nuestro líder todavía no haya pedido lo que todos reclamamos ya en voz alta, elecciones anticipadas”. En los últimos días, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá; o el vicesecretario de comunicación, Esteban González Pons, han exigido a Zapatero que convoque a los ciudadanos a las urnas.
No debatirá el decretazo
Sin embargo, el jefe de la oposición vuelve a echar el freno fiel a sus tiempos. En la sesión de control, ha vuelto a dar muestra de ello, y su intervención no ha sido ni en intensidad ni en vehemencia la esperada. “Ha estado sin más”, reconocía un parlamentario popular.
El debate sobre el decretazo tampoco será el momento escogido. Según un portavoz autorizado, “no está en la agenda” de Rajoy participar en el mismo pese a que se barajó en un primer momento. “Quiere rebajar las expectativas, centrarlas todas en el Debate sobre el Estado de la Nación”, traducen fuentes consultadas, que recuerdan que “ni con el caso Gürtel, el líder se ha dejado llevar por las ansias de los suyos”.