A Mariano Rajoy no le gusta enfrentarse a las preguntas de los periodistas. Tanto es así, que lleva desde el trece de abril sin pisar la sala de prensa de la sede nacional del PP para responder las cuestiones de los informadores.
Entonces, tras las vacaciones de Semana Santa, fue abordado con insistencia sobre el futuro en el partido de Gerardo Galeote y Luis Bárcenas y volvió a quedar de manifiesto el mal trago que supone para el líder de la oposición contestar a los periodistas.
Tal vez por eso, el presidente de los populares huye de las ruedas de prensa a favor de otros formatos muchos más cómodos para él como son las declaraciones a puerta cerrada en las que sólo pueden entrar los medios gráficos (como las Juntas de Dirección), los mítines o las entrevistas en uno u otro medio de gran difusión.
Así las cosas, su último encuentro con periodistas se celebró hace más de un mes -el once de agosto- en Pontevedra. Y tampoco estuvo a gusto. Tras varias preguntas sobre los pinchazos telefónicos denunciados por su secretaria general, María Dolores de Cospedal, el presidente del PP cortó a los periodistas cuando éstos le preguntaban si iban a aportar pruebas ante tal acusación.
Ésa fue su única declaración con micrófonos de todo el mes de agosto. En julio, sólo sobresalen otras dos comparecencias: una en Tarragona el día tres y otra en el Foro ABC, celebrado en Málaga, el diecisiete.
Llama la atención que ninguna de sus últimas declaraciones públicas se hayan celebrado en Madrid, por lo que muchos de los periodistas que habitualmente acuden a Génova no pudieron interrogarle.
Encontronazos con la prensa
Sólo hace falta echar un vistazo a la hemeroteca para comprobar el portazo de Rajoy a los periodistas desde su segunda derrota electoral en unas elecciones generales. Primero por la grave crisis interna en el seno de la formación y después por el caso Gürtel, la presunta trama de corrupción que afecta a dirigentes de su partido.
Este malestar quedó también de manifiesto el nueve de septiembre de 2008, momento en el que se gestaba la ruptura del pacto entre PP y UPN. Para evitar dicho desenlace, Rajoy se trasladó a Pamplona para reunirse con Miguel Sanz y posteriormente comparecieron en rueda de prensa. "A ver si alguien nos corta, qué barbaridad", llegó a decir el dirigente popular, acorralado por las preguntas de los informadores. Los micrófonos captaron el mal trago de Rajoy.
Cospedal sigue el ejemplo de Rajoy
Con Rajoy desaparecido, han sido María Dolores de Cospedal y los vicesecretarios Esteban González Pons, Ana Mato y Javier Arenas los que han tenido que dar la cara ante la prensa.
Sin embargo, desde que la número dos del PP anunciara -desde su residencia veraniega de Marbella- escuchas ilegales por parte del Ejecutivo, también ha reducido notablemente sus ruedas de prensa. De hecho, sólo ha comparecidos dos veces en Génova desde que el seis de agosto dijera que tenía "constancia" de los pinchazos.