Se cumple una semana desde que Mariano Rajoy atendiera por última vez a los medios. Lo hizo en Cádiz para asegurar que es "algo inventado y falso" que haya trazado una estrategia para reemplazar a Francisco Camps al frente de la Generalidad.
Desde entonces, los movimientos, desvelados por Libertad Digital, se multiplican en la Comunidad valenciana. Los últimos, dos reuniones de alto nivel: una entre los barones provinciales del PPCV y otra entre Rita Barberá, Carlos Fabra y el propio Camps.
A esto se suma las dudas sobre el futuro de Ricardo Costa y el órdago del presidente regional, que denunció en las Cortes Valencianas que los implicados en la trama son "los amigos de La Moncloa". Es más, aseguró que Presidencia hizo contratos con Teconsa -empresa implicada en el caso Gürtel- por más de 300 millones de euros.
Todo un vaivén de datos y acusaciones a los que el líder de la oposición responde, una vez más, con un clamoroso silencio. "Los Presupuestos han ocupado su agenda", justifican en Génova, pese que el debate sobre las cuentas públicas se celebró durante la jornada del martes.
Un silencio sólo roto por las declaraciones de María Dolores de Cospedal, a quien Rajoy le ha encomendado la misión de responder tanto al caso Gürtel como a las informaciones relacionadas con Caja Madrid. También lo hacen, aunque en menor medida, los vicesecretarios generales, para disgusto de la número dos.
Y es que el encontronazo con Javier Arenas ha sido sonado en la sede nacional del PP, donde reconocen que la relación entre ambos "no es buena". El jueves, el también presidente de los populares andaluces no descartó que Costa pudiera volver a la dirección del PPCV. Cospedal zanjó que "su función era la que era pero ya no lo es".
Rifirrafes aparte, pocos en Génova dudan de que Rajoy usa de "parapeto" a la secretaria general de los populares para no quemarse en otros asuntos que no estén relacionados con la crisis económica. "Una estrategia muy de Pedro Arriola", recalcan, en referencia al asesor personal del presidente del partido.
Preguntado sobre esta estrategia, un dirigente de la Ejecutiva Nacional no disimula su frustración: "deberíamos de tener un líder que plante cara a lo que le ocurre al partido y no se escude en María Dolores, pero es lo que nos ha tocado vivir".
Este sábado, el diario El País recoge un testimonio que bien podría resumir el sentir de muchos en el seno del principal partido de la oposición: "salimos de Gürtel para entrarnos en Caja Madrid, pero sólo un ratito, para volver otra vez a Gürtel o al caso Palma Arena. Es agotador".