El líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, reúne en Córdoba hasta el viernes a la cúpula de su formación para analizar “¿Qué hacemos con el Estado autonómico?” ante la convicción de que “existe un peligro de deriva confederal que nos dejaría en una situación inviable”.
En la mesa, además de dirigentes populares tan consagrados en la materia como Ignacio Astarloa, también participan personalidades alejadas de la política como el catedrático de Derecho Administrativo de la Complutense de Madrid, Santiago Muñoz Machado, o el profesor de investigación del CSIC, Ángel de la Fuente.
Las conclusiones, para consumo interno de los populares, no pueden ser más contundentes: España tiene un sistema “claramente mejorable” con deficiencias significativas en dos dimensiones. Por un lado, un diseño institucional “incompleto” del que es de destacar que “el Senado actual no sirve para nada”. Y por otro, una falta de “cultura autonómica” que se demuestra con “la deslealtad de los partidos nacionalistas” que “no aceptan el sistema pero que lo usan para socavarlo”.
“De cara al futuro los problemas existentes podrían agravarse si no se toman medidas”, aseguran en el PP, según la documentación a la que ha tenido acceso Libertad Digital. ¿Qué hacer entonces? Dos han sido las posibles estrategias planteadas por el grupo de trabajo: una reforma constitucional o aplicar “parches” que eviten tocar la Carta Magna. Rajoy se decanta por la segunda vía.
“El problema fundamental es político, no legal. Seguramente tenemos dos instrumentos legales suficientes para asegurar una razonable cohesión y coordinación. Lo que está menos claro es que tengamos la voluntad de usarlos correctamente y tengamos los votos necesarios para ello”, se arguye, según uno de esos documentos en manos de LD.
Por ello, el PP reconoce que “es crucial un acuerdo entre al menos los dos grandes partidos para fijar las reglas del juego o una bisagra no nacionalista”.
Una vez alcanzado ese hipotético pacto, la formación que lidera Rajoy tiene ya establecidos unos “principios generales” para la reforma:
- El problema no es cómo imponer la voluntad de la Administración Central a las Administraciones Territoriales: no estamos hablando de una recentralización sistemática por motivos ideológicos.
- De lo que se trata es de buscar el mejor diseño del Estado.
- El instrumento fundamental para asegurar la igualdad/cohesión ha de ser la igualdad de financiación.
Según fuentes populares, el jefe de la oposición se toma “en serio” esta realidad, habida cuenta de que cree “demostrado” que la descentralización inadecuada es “parte fundamental” de la grave crisis económica que sufre España. Dicho esto, en la reunión no se ha concretado una hoja de ruta más allá de llegar a la conclusión de que el problema existe, y que es grave.