Desde que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunciara el pasado miércoles la creación de una comisión anticrisis, el Partido Popular ha ido virando paulatinamente su posición, algo que ha escenificado a las claras este martes Mariano Rajoy en su reunión con el Grupo Popular en la Cámara Alta.
En un primer momento, el líder del PP no daba literalmente un duro por la cumbre, y ponía las siguientes premisas para sentarse en la misma mesa que el Gobierno: suprimir las subidas de impuestos anunciadas, no exigir el pago del IVA hasta que la factura esté cobrada, comprometerse a reducir el gasto de funcionamiento del Estado en 10.000 millones, modificar la Ley General Presupuestaria para establecer límites de gasto a las Administraciones Públicas, volver a la Ley de Estabilidad Presupuestaria y anunciar una “auténtica” Ley de la morosidad.
Menos de 24 horas después, el jueves, Rajoy anunciaba que el PP sí que acudiría a la llamada del Ejecutivo -“siempre vamos a donde nos llamen”, argumentó- si bien siguió utilizando palabras gruesas para definir la nueva “trampa” del presidente. “Cuando quieres que un tema se pudra, mete los papeles en un cajón o crea una comisión”, argumentó, en una visita a Las Rozas junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.
Rajoy: "No me voy a quedar aislado de nadie"
Una contundencia que ya no utilizó este lunes ante el Comité Ejecutivo Nacional de su formación, cuando Rajoy se mostró dispuesto a llegar a “acuerdos puntuales” con el Gobierno a pesar de que Rodríguez Zapatero “no transmite ninguna sinceridad ni ninguna fiabilidad”.
Lo que no quiere el presidente del PP, según fuentes consultadas por Libertad Digital, es que el partido vuelva a sufrir una “demonización” por parte del cinturón mediático socialista o que la sociedad no entienda que se opongan a llegar a acuerdos antes de escuchar las propuestas del Ejecutivo.
Por ello, arguyen desde Génova, ya no pedirán que se cumplan todos los requisitos anteriores, sino que el Gobierno vire su política en determinados puntos. Todo ello aderezado con “mucha pedagogía” para que los españoles tengan la postura del partido, estrategia que ya adelantó Libertad Digital el pasado viernes.
"Yo no me voy a quedar aislado de nadie", promulgó el propio Rajoy este martes en el Senado, donde escenificó a micrófono abierto su cambio de rumbo. "Nosotros apoyaremos al Gobierno en aquellas cosas que nos parezcan razonables”, justificó, para a renglón seguido poner como ejemplo la política antiterrorista, "cuando se produjo una rectificación por parte del Gobierno”.
En este sentido, el líder de los populares criticó las formas de la vicepresidenta Elena Salgado, quien el lunes le mandó un fax y hoy una carta -“mejor presentada”, recalcó- a la cual responderá en las próximas horas. Será entonces, realizado este trámite, cuando informe a la prensa de los nombres de los dos interlocutores que enviará a la sede de Fomento, por lo que reclamó a los informadores que no le preguntaran por este extremo.
"No sé si éste es el procedimiento habitual para llegar a acuerdos, en mi opinión, no; en suma, plantean un pacto sin llamar y sin concretar, pero, eso sí, arremetiendo contra el PP", añadió el líder de la oposición.
Mensaje a Aguirre y Sanz
Ya en el turno de preguntas, Rajoy también tuvo que responder a la propuesta lanzada por los presidentes Pedro Sanz y Esperanza Aguirre en el Comité Ejecutivo Nacional, cuando sugirieron un gobierno de concentración con los populares Javier Arenas y Cristóbal Montoro en las carteras económicas. “No se puede confundir un comentario irónico con una propuesta que nunca se ha producido, un comentario irónico no es una propuesta”, zanjó, sin dejar clara su opinión sobre tal posibilidad. A la segunda pregunta llegó la aclaración: “no por favor, ya le digo que no”.
En clara consonancia con su jefe de filas, Javier Arenas señaló: “yo, tal y como recibí la propuesta en la reunión me pareció más un comentario irónico que una propuesta. Creo que no debemos confundir comentarios irónicos con propuestas”. Y es que, en opinión del vicesecretario de Política Autonómica y Local de los populares, “la clave hoy no es un gobierno de coalición sino que Mariano Rajoy sustituya al señor Rodríguez Zapatero”.