Citando "fuentes de la seguridad del Estado de toda solvencia" el diario de Intereconomía señala que el, entonces inspector, ahora Comisario José María Ballesteros, fue el encargado de entregar el teléfono móvil a Joseba Elosúa, miembro de la red de extorsión de ETA en el Bar Faisán de Irún.
Siempre según esta información, al otro lado del teléfono se encontraba Enrique Pamiés, superior de Ballesteros, y encargado de advertir a Elosúa que la Policía estaba detrás de ellos (Elosúa era el encargado de recoger el dinero de la extorsión y el chantaje etarra).
Citando las investigaciones elaboradas por Carlos G. y su equipo ("a las órdenes de Garzón"), La Gaceta relata que Ballesteros pasó el móvil a Elosúa entre las 11:20 y las 11:25 de aquel 4 de mayo de 2006. Un extremo que habría confirmado Elosúa en los interrogatorios.
Antes de entregarlo Ballesteros marcó el número del jefe superior de Policía del País Vasco, Enrique Pamiés.
Además de a Ballesteros y Pamiés, las investigaciones apuntan a que fue el entonces director genera de la Policía, Víctor García Hidalgo, el que recibió la llamada de Pamiés justo después de hablar con Elosúa, ya que su teléfono móvil hizo dos llamadas al máximo dirigente del Cuerpo, que no cogió el teléfono en ese momento por encontrarse en un acto en el Ministerio del Interior.
El 8 de septiembre García Hidalgo fue cesado de su cargo y recientemente ha sido nombrado Consejero de Caja Vital.