Su llegada a La Moncloa ha sido al uso: puntualidad británica, diez en punto de la mañana, y apretón de manos inmortalizado por decenas de medios gráficos. Sí es cierto que tanto a Rajoy como a Zapatero se les vio más afables; ninguno de ellos perdió la sonrisa y el anfitrión bajó las escalerillas para recibir al invitado.
Ya en el despacho del presidente, un par de chascarrillos sin importancia y al lío. Ambos tenían claro que necesitaban alcanzar algún tipo de acuerdo, aunque fueran meros parches de cara a la galería. Salvaron la cara con el rescate a Grecia y la tan anunciada reforma de la ley de Cajas. Nada más.
Tras dos horas largas de reunión, Rajoy daba la cara para decir lo mismo que ayer, que antesdeayer y que desde hace un año y medio: que la única solución para España es un plan global que nos saque de la crisis, extremo que, según constató, no tiene la intención de ejecutar Zapatero.
La alternativa
Criticó a su anfitrión, pero se permitió una licencia más. Aseguró que, si los españoles le dejan asumir “el reto”, se convertirá en el próximo presidente de España. “Aquí hay una alternativa”, proclamó en suelo monclovita. Y ya al término de su comparecencia añadió: “hay una oposición con un programa claro y entendible”.
Eso sí, si tan claro tiene Rajoy que La Moncloa le espera tal vez debería cuidar más a la prensa, a aquellos que le siguen. El enfado era monumental entre los informadores habituales de Génova 13: tan solo uno de los suyos pudo preguntar al líder del PP.
Y, como no, también molestó el hermetismo del líder. “No voy a hablar de otros asuntos que no sean estrictamente económicos”, advirtió. En otras palabras: nada de valorar el sospechoso traslado de Arnaldo Otegi al País Vasco por parte de Interior, nada sobre la crisis institucional y, ni mucho menos, nada sobre la trama corrupta que afecta al PP. Probablemente por ello, Rajoy rehuyó este jueves a quienes siempre van a sus actos.
"Ha sido un mero trámite, una foto más"
En cuanto al balance que hacen en Génova de la reunión, oficialmente dicen que “satisfactoria pero insuficiente”. Oficiosamente son más clarificadores: “ha sido un mero trámite, una foto más” que sin embargo “no salva a Zapatero de la quema”. “Le quedan dos telediarios”, arguyen dirigentes populares, que inciden en la proclamación de Rajoy como alternativa.
Mañana, el líder popular parte rumbo a Barcelona para abordar con el presidente de la Generalidad, José Montilla, la crisis del Tribunal Constitucional por la tardanza del Estatuto de Cataluña. Con él si hablará de este punto, a pesar de que no se cansa de repetir que su único interlocutor es Rodríguez Zapatero. Entonces, ¿por qué no ha abordado la crisis institucional hoy? “Porque no le interesa, ya lo arreglará cuando sea él quien tome las decisiones de España”.