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"Por orden de la superioridad hay que quitar lo de ETA"

"La palabra ETA era lo que estorbaba". Así de tajante se ha mostrado el jefe de peritos, Manuel Escribano, en el juicio por el "caso ácido bórico". Además, ha denunciado "represalias" por parte de la cúpula de la Policía científica y ha relatado lo dicho por Francisco Ramírez tras leer su informe: "Por orden de la superioridad hay que quitar lo de ETA". Antes de Escribano, han declarado Santano y Mélida. Ambos han insistido en la "personalidad conflictiva" de quienes vincularon a ETA con la masacre del 11-M. El comisario general también ha reiterado lo comentado a Gabilondo en Cuatro: "Si volviera a pasar lo mismo, volvería a actuar de la misma manera".

"La palabra ETA era lo que estorbaba". Así de tajante se ha mostrado el jefe de peritos, Manuel Escribano, en el juicio por el "caso ácido bórico". Además, ha denunciado "represalias" por parte de la cúpula de la Policía científica y ha relatado lo dicho por Francisco Ramírez tras leer su informe: "Por orden de la superioridad hay que quitar lo de ETA". Antes de Escribano, han declarado Santano y Mélida. Ambos han insistido en la "personalidad conflictiva" de quienes vincularon a ETA con la masacre del 11-M. El comisario general también ha reiterado lo comentado a Gabilondo en Cuatro: "Si volviera a pasar lo mismo, volvería a actuar de la misma manera".
L D (P. Montesinos/ O. Moya) La segunda sesión del juicio estuvo marcada por la comparecencia de los tres restantes imputados: el secretario general de la Policía Científica, Pedro Luis Mélida, el comisario general, Miguel Ángel Santano y el jefe de la Unidad de Análisis, Jesús Andradas. Los tres siguieron la misma línea argumental. Sí, se modificó el informe de los peritos químicos por varias razones: porque añadieron "juicios de valor" que carecían del "rigor científico y policial" necesario, porque dicho informe no era oficial sino un mero borrador y porque era algo que se hacía de manera bastante habitual.
 
El primero en declarar fue Mélida. Según el secretario general de la Policía Científica, él fue quien modificó el informe –"yo tengo la costumbre de tachar en rojo y en grande"– porque las observaciones que en él constaban "no son lógicas e incumplen la normativa de redacción de informes y atestados". "No se pueden plasmar juicios de valor o cualquier comentario de tipo personal". Y él entendió que se plasmaron "juicios de valor".
 
Es por eso que tachó las observaciones y ordenó que, "en todo caso, se trasladaran a una nota informativa". Según Mélida, "lo normal" es que las observaciones de los peritos se pongan por escrito en este tipo de notas. No obstante, ha reconocido que en "algunos casos sí que se interrelacionan" los hechos en el mismo informe pericial pero cuando son "hechos puros, objetivos". Y es que para Pedro Luis Mélida el hallazgo del ácido bórico en casa de Hasan El Haski "es como si se encuentra bicarbonato".
 
La "personalidad conflictiva" de los peritos
 
La manipulación del informe se produjo cuando el comisario general, Miguel Ángel Sanatano, estaba de vacaciones de Semana Santa. El secretario general ha declarado que le llamó por teléfono y que le informó de que había habido "un pequeño incidente" con unos peritos, pero "no lo di la mayor importancia en ese momento". Y es que cuando el jefe de Laboratorio, Francisco Ramírez, le dijo a Mélida al día siguiente que los peritos que habían realizado el informe se negaban a modificarlo, éste lo achacó a la "personalidad conflictiva" de los facultativos, en la que incidió en varias ocasiones. Eso sí, reconoció que nunca había tenido ningún incidente con ninguno. Y si no abrió ningún expediente a estos peritos fue porque es "demasiado bueno".
 
También quiso quitar importancia al ácido bórico: "He estado destinado en Canarias y sé que las cucarachas, así de grandes, se matan con ácido bórico".
 
Santano: "Sólo me intereso por los temas que no están resueltos"
 
El siguiente en declarar fue el comisario general de la Policía Científica, Miguel Ángel Santano. Ratificó lo dicho por Mélida. Fue éste el que le llamó. "Me dijo que había habido un incidente con unos peritos que se habían negado a modificarlo", pero Mélida le contestó que el incidente "ya estaba resuelto". Y a pesar de que era la "primera vez" que le informaban de un incidente de estas características no se interesó más porque, según dijo él mismo, "sólo me intereso por los temas que no están resueltos".
 
Santano ratificó todas las declaraciones que había realizado a Iñaqui Gabilondo y señaló que "si volviera a ocurrir lo mismo, actuaría de la misma manera". Tanto Mélida como Santano negaron que recibieran órdenes políticas o de sus superiores. 
 
El último de los acusados en declarar fue Jesús Andradas. Dijo que la nota informativa que también realizaron los peritos "la guardé y no di esa información a nadie porque no la consideraba importante". Ni a Rubalcaba, que "no" le consta que la pidiera.
 
Ocultación de pruebas
 
En la segunda sesión del juicio que se desarrolla en la Sección 15 de la Audiencia de Madrid, también declaró el perito jefe, Manuel Escribano. Cuando le indicaron que las muestras que debía analizar eran del 11-M les dio prioridad absoluta. Explicó que si hizo constar en el informe los anteriores casos en que se había encontrado ácido bórico (en un registro a un piso utilizado por terroristas y a un antisistema) fue porque solían hacerlo. Y en este caso en concreto consideró que "era importantísimo que lo supiera la autoridad judicial". Si no lo hubiera hecho habría cometido "un delito de ocultación de pruebas. Estoy totalmente convencido de que lo hubiera cometido".
 
"Por orden de la superioridad hay que eliminar esto de ETA"
 
Señaló que "habitualmente" son dos los peritos que firman los informes analíticos porque así lo establece la Ley de Enjuiciamiento Criminal. "En este caso lo firmamos tres", al ser un tema trascendental como el 11-M. Contradijo a sus superiores y afirmó que no se trataba de un borrador. Era "el informe definitivo, no entiendo por qué se dijo que era un borrador. En mi vida he hecho un borrador".
 
Escribano explicó que Ramírez le indica que "por orden de la superioridad hay que eliminar esto de ETA. La palabra ETA era lo que estorbaba", sobre la referencia al antisistema no le señaló nada. Cuando Escribano se negó a tacharlo, Ramírez le chantajeó: "Ya no vas a hacer más asuntos de terrorismo". "Yo no podía acceder nunca a un chantaje de este tipo". A partir de entonces soportó todo un calvario en su trabajo. Las amenazas de Ramírez "se han cumplido al pie de la letra".

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