(Libertad Digital) Emulando la misiva que Emile Zola publicó en 1898 con el título Yo acuso, Pedro J. Ramírez, de pie, micrófono en mano y visiblemente emocionado, acusó en primera persona a más de una quincena de funcionarios públicos que participaron en la investigación que desembocó en la condena de los autores del atentado del 11-M, y a los que el director de El Mundo dijo que no guardaba "rencor ni odio" pero a los que deseó que fueran juzgados públicamente por negligencia profesional.
Dos de estas acusaciones directas las dirigió al que fuera jefe de los TEDAX, Juan Jesús Sánchez Manzano, y contra el juez Javier Gómez Bermúdez. Y es que las conclusiones del informe del perito Antonio Iglesias, que participó en la pericial de explosivos ordenada por el tribunal del 11-M, son demoledoras:
"En el resto de explosivo encontrado en la furgoneta Kangoo y la muestra patrón entregada por el jefe de los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano, procedían del mismo cartucho", concluye el informe.
Iglesias también reveló que cuando apareció DNT en una de las muestras, componente que no forma parte de la Goma 2 ECO, el jefe de la pericia –el policía Antonio Vega– exclamó: "Ahora sí que me voy a cagar en la madre que parió a los TEDAX”.
Y eso sin contar las irregularidades que se cometieron al no entregar las escasísimas muestras de explosivo a la Policía Científica e ir a parar directamente al laboratorio de los TEDAX, donde “partículas voladoras” las "contaminaron". Es por todo ello que Pedro J. afirmó:
“Yo acuso al entonces comisario de los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano, de mantener una línea de conducta supuestamente orientada a la ocultación y manipulación de pruebas con flagrante incumplimiento de sus deberes profesionales al transgredir los protocolos sobre recogida y almacenamiento de restos; al asumir unos análisis que no le habría correspondido analizar; al no poner a disposición de la Policía Científica los fragmentos obtenidos en los focos de los trenes; al predeterminar la investigación con la muestra patrón de la Goma 2 ECO de la que presuntamente salió también el explosivo colocado en la Kangoo y al proporcionar al juez Del Olmo, a la Comisión de investigación parlamentaria y al propio tribunal del 11-M información falsa o gravemente errónea perjudicando una y otra vez la búsqueda de la verdad de lo ocurrido”.
Al juez Gómez Bermúdez, Pedro J. le acusó de “negligencia profesional al incluir en la sentencia graves errores materiales de carácter fáctico en relación al resultado de la pericia de explosivos”.
Y es que la sentencia de la Audiencia Nacional afirma que todo o gran parte del explosivo era Goma 2 ECO de Mina Conchita. Sin embargo, el informe de Iglesias concluye que “en el foco que mejor se pudo analizar, en la estación de El Pozo, es altamente probable que estallara Titadyn”.
De la lectura pública de la sentencia dijo que tanto Bermúdez como Alfonso Guevara y Fernando García Nicolás aportaron "vergüenza sobre vergüenza". Tampoco se libraron de las críticas el juez , Juan del Olmo, bajo cuya instrucción entre otras cosas se desguazaron los trenes, y la fiscal Olga Sánchez, férrea defensora de la versión oficial que llegó a proclamar que estalló: "Goma 2 ECO y vale ya".
También fueron acusados por el director de El Mundo, entre aplausos de los asistentes, el jefe de la pericia, Alfonso Vega; el que fuera jefe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, el general Félix Hernando; el alférez de la UCO, Jaime Trigo; el comisario jefe de la Policía Científica, Carlos Corrales; su sucesor, Miguel Ángel Santano, junto a sus subordinados -Pedro Mélida, José Andradas y Francisco Ramírez- (todos ellos imputados en el juicio del bórico); el entonces subdirector general de la Policía, Pedro Díaz Pintado; el que fuera comisario general de Información, Jesús de la Morena.
"Es muy probable que algunos inocentes hayan sido condenados y no cabe duda de que hay grandes culpables en libertad, pues nadie ha sido juzgado y condenado por suministrar el Titadyn", subrayó Pedro J. Ramírez.
"Yo no sé lo que ocurrió el 11-M y el trabajo de Antonio Iglesias tampoco lo desvela", continuó antes de defender que es "científicamente imposible, químicamente imposible, molecularmente imposible, por mucho que lo afirmen la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo que toda o gran parte de la dinamita que estalló en los trenes procedía de Mina Conchita", ya que aquí no había Titadyn.
En el acto también intervinieron el químico Antonio Iglesias, que defendió su "obra científica", visada por el Colegio de Químicos, y dijo que acataba pero que igualmente criticaba la sentencia del 11-M, y Casimiro García-Abadillo, que prologa el libro, y quien tuvo palabras de agradecimiento para la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal que, según dijo, -"quizás en un acto de indisciplina de partido" saludó a los autores del libro antes de que comenzara la presentación del mismo- y la líder de UPyD, Rosa Díez.