Las declaraciones del que fuera presidente del Congreso de los Diputados a La Voz de Galicia, bien podrían corresponder a cualquier enemigo político de Zapatero. Pero no, parten de uno de los que fuera hombre fuerte del PSOE, y de sus voces más respetadas.
Al hilo de su público apoyo a Tomás Gómez, Gregorio Peces-Barba es preguntado por la negativa del socialista madrileño a acceder a las apetencias de Zapatero, caracterizándose como el hombre que se atrevió a decir "no" al presidente del Gobierno. Barba considera que "eso no es un valor" y que "curiosamente, el ministro del Interior fue el que dijo eso de que su único valor era haberle dicho no, y no creo que una persona tan inteligente como Alfredo se haya dado cuenta de la trascendencia de esa frase, que es como compararlo con los esclavos que se levantaron contra los romanos o con la afirmación de Max Weber de que el hombre es el único animal capaz de decir no, como uno de los grandes signos de su grandeza". Y da su dictamen: "Yo creo que lo que ha hecho, quizá contra su voluntad, es glorificar y engrandecer a Gómez".
En opinión de Peces-Barba, debería haber más dirigentes en el PSOE que dijeran que no a Zapatero, declarándose detractor de la norma que rige en el partido: "el sí bwana no es un buen argumento, sinceramente. Creo que se ha transmitido una cultura que no es propia del PSOE. La tradición en sus congresos es que no hay elogios a la ejecutiva saliente sino críticas y luego el secretario general se defiende. El sí bwana ha predominado sobre todo" desvela.
Es él mismo, quien unas líneas más adelante confirma su absoluto distanciamiento del presidente del Gobierno, que de sus consejos no sigue "prácticamente nada". Narra, además, una conversación telefónica en la que hubo reproches mutuos: "Cuando escribí que seguramente estaba enfadado conmigo, pero yo lo estaba más con él, me llamó para desmentirlo. Estuvimos hablando e intentó convencerme de que había que apoyar a Trinidad. Le dije que ni hablar, y le reproché su cambio de posición desde el tamayazo hasta ahora. Y hemos quedado en comer".
Y es que el catedrático incide especialmente en las contradicciones y la ilógica de un presidente desnortado. Planteando el supuesto de que, para las elecciones de 2012, algún otro candidato socialista despuntase más en las encuestas que Zapatero, qué ocurriría: ¿Se presentaría de nuevo el presidente, o se daría espacio a quien las encuestas dan más perspectivas de éxito...como ha ocurrido en el caso de Trinidad y Gómez? Peces-Barba asegura que "ahí está una de las contradicciones. Cuando se produjo el tamayazo vino a verme a Ribadesella y me dijo si quería ser el candidato a la comunidad. Le dije que sí y luego Rafael Simancas y su gente se opusieron y no se atrevió a seguir adelante. Entonces no había nada hecho, todo estaba por hacer y ahora que están muchas cosas hechas se mete. Ha hecho lo contrario de lo que hizo entonces" desvela.
Y, por último, Peces Barba evidencia su desencanto y desconfianza absoluta en Zapatero, cuando enuncia el "piensa mal y acertarás" que le receta su abuela. Considera que el presidente del Gobierno le metió en el Alto Comisionado para las Víctimas del Terrorismo, "para quitarme del medio", porque en el tiempo coincidía con la reforma de los estatutos, ya que "lo lógico es que yo me hubiera ocupado de eso. Desde luego, le hubiera resuelto muchos de los problemas diciendo no a algunos de los excesos del Estatuto catalán antes de que llegara al Congreso" reflexiona.