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PANTALONES, CALDITOS Y MARIPOSAS, por Mercedes R. Martín

Era la última sesión de control del año y eso se notaba en los pasillos y en las preguntas. Pesaba la resaca de la tensa jornada del martes sobre ANV y el día previo a la votación de los Presupuestos. Se habló, cómo no, de crisis, pero también de asuntos que muchos en el PP creían ya olvidados.

L D (Mercedes R. Martín) A falta del habitual rifirrafe entre Soraya Sáenz de Santamaría y la ausente María Teresa Fernández de la Vega , otros diputados del PP y miembros del Ejecutivo coparon el protagonismo. Entre los representantes del Gobierno, sus respuestas se caracterizaron tanto por el rescate in extremis de argumentos sacados de otras legislaturas como por la ausencia total de ellos.

Mariano Rajoy abrió fuego echando en cara al presidente del Gobierno sus pactos con el PNV para sacar adelante unos Presupuestos desfasados. Una acusación que llega meses después de que se alcanzara la alianza entre los nacionalistas y el Ejecutivo y que le sirvió en bandeja la réplica al presidente: Zapatero aprovechó para recordar los pactos alcanzados por el PP en su primera legislatura en el poder y le pidió a Rajoy "un poco más de coherencia" y "menos hipocresía".

La sensación de deja vù sólo se disipó cuando el líder del PP acusó al presidente, directamente, de " bajarse los pantalones " ante los nacionalistas. Unas críticas que contribuyeron a rebajar en algo la sensación de tedio perceptible en las tribunas , y de la que sólo se escapaba el grupo de escolares que visitaban este miércoles el Congreso.

El prolegómeno a la votación mañana de las cuentas públicas pareció ser también el pistoletazo de salida para que el Gobierno encontrara la respuesta a cada acusación del PP. Si Zapatero se había remontado al 96 para contestar a Rajoy, el resto de miembros del Ejecutivo no dudó en hacer lo mismo con mayor o menor fortuna para evitar hablar de una crisis ante la que, cada vez es más evidente, no saben qué contestar .

Preguntado sobre Lukoil por Gustavo de Arístegui , Miguel Ángel Moratinos recordó, sin importarle si venía o no a cuento, que Repsol fue privatizada en tiempos del PP. Después, Miguel Sebastián acusó a los populares de crear el "chollo del déficit tarifario" cuando debía explicar la inminente nueva subida de la luz. Hasta habló del conflicto de Perejil el ministro cuando Álvaro Nadal le acusaba de querer estar "en todas las salsas".

La nueva defensora de Corbacho

Pero cuando la estrategia de los socialistas se hizo más evidente fue en el turno de Celia Villalobos, encargada este miércoles de acosar a Celestino Corbacho con la escalada del paro. El ministro de Trabajo no acertó a darle réplica: incluso cuando quería echar en cara al PP su posición ante las ayudas a los ayuntamientos no logró recordar que los populares se abstuvieron en lugar de rechazarlos . "Es lo mismo", rectificaba Corbacho a toda prisa.

La comprometida situación en que quedó el ministro trató de solventarla la diputada socialista encargada de la pregunta siguiente. Isabel López i Chamosa dedicó su intervención a elogiar su gestión en Trabajo y, a falta de mejores argumentos, a arremeter contra el PP. Curiosamente, les acusó de irse "por los cerros de Úbeda" poco antes de recordarle a Villalobos el "caldito" del que hablaba la diputada en sus tiempos de ministra de Sanidad.

"Olvídense de la bancada de enfrente, sólo saben decir barbaridades", gritaba Chamosa mientras los diputados populares no lograban reprimir la risa. Algunos de ellos incluso le dedicaron aplausos al término de una intervención que más que ayudar, había puesto en evidencia al ministro . Villalobos instó después, en declaraciones a LD, a no tener en cuenta intervenciones como la de Chamosa y auguró el Gobierno "la iba a sacar mucho" ante la incapacidad de réplica del Ejecutivo. Su papel, dijo, no va más allá de actuar como "mamporrera del Gobierno".

La mariposa de Magdalena Álvarez


Terminó de animar la sesión la ministra de Fomento, obligada a hablar del nuevo socavón del AVE en el Congreso. Mientras Andrés Ayala le recordaba que el derrumbe supondría al menos cinco meses más de trabajo, Álvarez intentaba convencer de nuevo sin mucho éxito de que el incidente era "menor".

" ¿Es un tema menor la protección de la mariposa pimpinela? ", se preguntó con ironía Andrés Ayala , que aludía así al motivo de la construcción del costoso túnel: la protección del hábitat de una especie protegida. Álvarez no tuvo reparos en coger el guante. Ni el túnel "ni la pimpinela corren peligro" , respondió la ministra, que habló en su turno más de mariposas y del PP que del derrumbe  en las obras.

Los populares, con ella, se llevaron la última ronda de descalificaciones del día: la "generar desconfianza" en la opinión pública y "enturbiar el clima político". Antes, Alfredo Pérez Rubalcaba les había acusado de hacer una oposición "irresponsable". Y en los pasillos, Elena Valenciano, en declaraciones a LD, lamentó que pusieran en peligro la "unidad de los demócratas" frente a ETA. La réplica, al menos en el hemiciclo, no llegará hasta después de Navidad.

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