El pescado ya estaba vendido desde primera hora de la mañana. El Partido Nacionalista Vasco y Coalición Canaria -los socios del Ejecutivo en la aprobación de los PGE- se posicionaban del lado del Gobierno, y la aritmética hacía el resto: sus ocho votos bastaban para salvar al Ejecutivo. La votación final fue aún más apurada: el PP se quedaba a seis votos de su cometido ya que dos diputados, por motivos justificados, se ausentaron del pleno. A ello había que sumar una abstención; la del popular Martínez Pujalte, quien se equivocó de botón “como le podría haber pasado a cualquiera”.
Tal vez por la poca diferencia, y para evitar sorpresas de última hora, no cabía un alma en la Carrera de San Jerónimo. Aunque no estaba previsto en sus agendas, tanto el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, como el líder de la oposición, Mariano Rajoy, también hicieron su aparición en las Cortes. Llegaron, votaron y se fueron.
Previamente, ambos tuvieron tiempo para dos despachos privados. El jefe del Ejecutivo charló con el diputado de CiU Sánchez Llibre. Rajoy hacía llamar a su reservado a la portavoz del Grupo Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, para conocer de última horas las negociaciones -ya por entonces fracasas- y hablar de asuntos relativos a la actuación del partido en la Cámara.
Perdida la votación, la pregunta era cuál será la próxima batalla a plantear al Gobierno. En el PP recuerdan que este mismo miércoles su jefe de filas preguntará a Zapatero en la sesión de control al Gobierno por la subida del IVA. No descartan volver a presentar otra moción así como cualquier otra medida. “Les daremos donde más les duele”, auguraba, entre risas, Fátima Báñez, miembro del equipo económico de los populares.
Dicho esto, ahora toca, según un miembro de la dirección del grupo, reunirse, ver las posibilidades de acción y volver a diseñar una hoja de ruta. “Es aquí, en el Congreso, donde vamos a dar la batalla, pero ahora toca lamer las heridas”, sentenciaba Cristóbal Montoro.
¿Y qué pasa con la Comisión Zurbano? “Que está muerta”, exclamaba un diputado, con la noticia de Libertad Digital en su móvil. Y así es para el Grupo Popular, que consiera “una vergüenza” que el Ejecutivo lleve más de diez días “sin dar señales de vida”. La última vez que la “troika” gubernamental se reunió con los populares fue el pasado tres de marzo.