"Tengo dos juicios pendientes, que cada cosa que vosotros tenéis por ley yo tengo que ganarla en los tribunales y eso si tengo suerte, que si no me jodo, porque soy controladora y no se me aplica ni de coña la misma justicia que a vosotros lo creáis o no", dice la controladora.
"Ponemos a la opinión pública en nuestra contra: mentira, siempre lo ha estado porque nadie se ha molestado en escuchar los argumentos y datos que llevamos dando un año. Sólo oyeron 360.000 y no pasaron de ahí", señala en referencia a los datos difundidos por José Blanco.
"¿Para qué cojones creéis que nos han cascado tres decretazos y una orden ministerial? En el primero nos ampliaron la jornada por el morro en seiscientas horas al año, que está de puta madre. Nos crujieron el sueldo y resulta que todos sabéis lo que yo gano porque lo dicen en la tele. Pues tampoco es verdad ni por los cojones. No gano 200.000 euros al año por mucho que diga el ministro. Ni eso ni la mitad".
"En el segundo decretazo nos quitaron los descansos y se concedieron barra libre para ponernos a currar como animales y nos obligan a estar disponibles 365 días al año, 24 horas al día. Esto se lo comento a los médicos que me dicen gilipolleces, que ninguno curra todos los días. Al que le salga de los huevos que se lea cualquier estudio del efecto del trabajo a turnos sobre el organismo. La mitad de los que me ponéis a caldo dormís mal dos días y estáis hechos una mierda. Yo llevo haciendo turnos sin rechistar catorce putos años, así que no me jodáis. Y es muy fácil imaginar mi curro desde vuestros sofás, durmiendo ocho horitas cada noche. Si venís a currar conmigo a turnos un mes en una semana no podéis con vuestros huevos", dice la controladora, que no parece tener conocimiento de que hay muchas profesiones que se hacen a turnos (médicos, enfermeros, bomberos...) y ya lo sabe el trabajador cuando elige esa profesión.
"No somos controladores suficientes, y es lo que hay. No damos abasto coño. No os queréis enterar. Nos exigís currar todos los días para tener vuestros putos puentes y vuestras putas vacaciones. ¿Dónde cojones dice que seamos vuestros esclavos? ¿Por qué vosotros tenéis todos los derechos del mundo y nosotros NINGUNO?", continúa indignada.
"Y ahora viene la mierda de los militares. Somos dos mil civiles, y no hay ni doscientos controladores militares aprovechables para hacer nuestro trabajo. Controlar no es conducir, y para que un militar haga mi curro tiene que saberse mi espacio aéreo, mis procedimientos, la geografía de mi zona de pe a pa. O sea, que necesita un par de mesecitos o más. Sin contar con que yo muevo sesenta aviones a la hora y ellos no pillan ni la cuarta parte. Por no decir que van tiesos de inglés para vuelos comerciales. O lo de que me hacen a mí militar por sus cojones. A mí y a su puta madre, porque en ese preciso instante le clavo al militar mi contrato en el fusilito y que se enchufe él. Lo que me faltaba ya para el duro".
La sufrida controladora dice que "el que quiera ser un esclavo que lo sea, no me contéis que vuestros curros son peores, espabilad y luchad en lugar de lloriquear, pero yo defiendo el último derecho que me queda, que es el de pelear por recuperar mis derechos (lo que vosotros llamáis privilegios, que manda huevos) y mi dignidad profesional y personal. Y si lo consigo bien y si no me largo del curro. Haceos controladores vosotros y así os curráis los puentes unos a otros y tan ricamente. Os va a encantar".
"Y no sé de dónde coño os sacáis todos el derecho a juzgarme, condenarme e insultarme si ni sabéis lo que hago ni quién coño soy".
La Ser también se hace eco de la opinión del controlador Francisco Capella, contraria a la de Cristina Antón, en Libertad Digital. Aunque la cadena de Prisa no cita al medio donde se ha publicado dicho artículo.
Por otra parte, el portavoz de USCA, César Cabo, ha calificado de "desmedida" la reacción de los controladores, que se ha producido "provocada por meses de acoso, una ley y varios decretos" que recortan los derechos del colectivo.
Así lo ha manifestado Cabo en una página de internet, en la que manifiesta que el "caos de estos días" se ha originado tras quitar a los controladores "un convenio" y después de una campaña brutal de meses "de desprestigio en contra de la profesión". Cabo ha asegurado, además, que los controladores sólo piden estabilidad laboral y que cese el acoso y la discriminación contra ellos.