Montilla ve en Zapatero "un compromiso de gestos y actitudes" que aún debe materializarse en "iniciativas políticas". Dice que tanto el presidente como él coinciden en que Cataluña y España tienen un problema: "Lo primero es asumir que lo tenemos, después ya hablaremos de leyes o competencias". No obstante, sobre la voluntad real de Zapatero más allá de esos gestos y palabras, sigue desconfiando. "Ya lo veremos", porque, tal y como él dice, "no soy adivino".
"Sería de ilusos pensar que de aquí a las elecciones lo arreglaremos todo. De lo que se trata es de iniciar un proceso, una hoja de ruta...este tema no se arreglará en tres o cuatro meses, no seamos ingenuos". Las palabras del presidente de la Generalidad acaban con lo que parece una amenaza, ya que "si en cuatro meses no hay nada, la situación será otra". Y es que, continúa en El País, "el PSOE se ha relajado en este tema (el de las tesis federalistas) por un contexto en el que no le es propicio".
Montilla hace, empujado por El País, un mínimo de autocrítica. "La culpa nunca la tiene el otro al cien por cien. Podríamos haber hecho las cosas mejor" Aunque continúa: "Nosotros asumimos nuestros riegos". "A veces rodeamos nuestra propuesta del Estatuto de excesiva retórica y soflamas que son propias de la política catalana, pero que no nos ayudan nada". Algo que, dice, "ha dado alas a las posiciones del PP".
"Si a algo se parece España es a un Estado federal, aunque imperfecto. Es imperfecto, no por falta de competencias de las comunidades, sino por falta de organismos de colaboración horizontal". Espera por ello que algún día "la reforma del Senado llegará".
"Soy catalán y catalanista y soy español y federalista pero, recrearse tanto con lo de la indisoluble unidad de España...pero ¿no saben cómo se hizo la Constitución? ¿Quiénes fueron los inductores de estas expresiones? Recrearse en eso me parece innecesario, casposo, antiguo, no aporta nada. Ofende gratuitamente incluso a los que nos consideramos españoles".
"Montilla concluye que "ha valido la pena hacer el Estatuto. Es legítimo que otros crean que no, unos porque no lo votaron y otros porque no lo pudieron hacer ellos. Ha valido la pena pese al desgaste y el cansancio", dice. Y quien crea "que el malestar catalán se pasará en tres meses es que vive en otra galaxia, es de ilusos. Como también lo es pensar que en cuatro días declararemos la independencia de Cataluña".
Sobre la manifestación del pasado día 10 de julio, dice que fue "muy plural". Hubo muchas consignas, pero también había gente que no decía nada". No obstante, "me he sentido más incómodo en otros momentos" pese a que, como le recuerda El País, tuvo que salir apresuradamente a riesgo de acabar golpeado por independentistas. "Fascistas e intolerantes los hay en todas partes, pero son siempre un minoría. Me marché cuando se disolvió la manifestación", justifica.
También aborda en El País la sangría de votos que está afrontando el PSC. Dice que la explicación "no es simple", e insiste en diferenciar entre las elecciones generales y las autonómicas. Dice que "en Cataluña hemos ganado elecciones cuando las perdió el PSOE en el resto de España", por lo que hay que independizar los resultados nacionales de los comunitarios. La ventaja creciente de CiU, dice, se debe tanto a la sentencia del TC sobre el Estatuto como a la crisis económica.
El País le pregunta por qué esta misma situación le pasa factura al PSC pero no a Esperanza Aguirre. "Entre otras cosas porque la percepción de los ciudadanos es que el presidente del Gobierno español es socialista. Quizás sería diferente si no fuera así", especula. "No descubro nada si digo que el electorado de derechas es más condescendiente con determinados comportamientos de sus dirigentes que el de izquierdas", no duda en afirmar.