Miguel Ángel Aguilar pone a Rajoy como excusa –el artículo se titula "¿Hasta cuándo Rajoy?"– para insistir en su idea de que Zapatero no debe ser el próximo candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno. Comienza diciendo Aguilar que "la candidatura de Mariano Rajoy a la presidencia del Gobierno... está ahora en la cuerda floja. Aunque el interesado todavía no lo sepa". Y esto es porque "nada desestabiliza más a un contrincante que la ausencia del adversario idóneo".
Considera Aguilar que "toda la dialéctica de Rajoy...construida sobre el delenda est Zapatero (Zapatero debe ser destruido) quedaría invalidada si en el momento de las urnas el competidor socialista fuera otro, al que dejaran de cuadrarle esos dicterios (insulto, ofensa), en parte tan merecidos".
Tras hacer un repaso por la historia de Suárez, Fraga, Aznar, Felipe González y la llegada de Zapatero al poder, señala Aguilar que "en cuanto la crisis arreció, el PP se enrocó y asistimos al grito de Zapatero es el problema: las urnas, la solución".
Señala que Mariano Rajoy comparece "imbuido en la idea de que él es el camino, la verdad y la vida y que quien le vote hallará la solución. El problema deriva del relevo en la cabeza del cartel electoral del PSOE, un hecho que invertiría la situación. El nuevo socialista estaría en condiciones de encarnar la esperanza de cambio que se reclama, mientras que la continuidad de Rajoy en el del PP, sin necesidad de que en nada variase su actitud, pasaría a verse por los electores como una oferta caduca". Y lanza su mensaje. Si, como parece "tendremos presidente Zapatero hasta que dure esta legislatura y habrá un nuevo candidato del PSOE cuando lleguen las urnas, el Partido Popular tendrá que buscar el relevo adecuado a Rajoy para que la confrontación tenga sentido".