La segunda parte de la negociación entre la banda terrorista ETA y el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ya está en marcha. Así lo ha advertido el eurodiputado del PP Jaime Mayor Oreja, quien ha desvelado los pasos de este segundo tiempo de contactos que, a su juicio, tiene dos momentos clave: las elecciones municipales y las generales.
En un desayuno informativo celebrado en Madrid, al que no ha asistido ningún dirigente de la cúpula del partido, el que fuera ministro del Interior ha sido contundente: "Tengo la certeza de que el Gobierno está negociando con ETA". Es más, según defiende, los asesinos van a ayudar al presidente del Gobierno a que se mantenga en el poder porque "no son adversarios, sino aliados potenciales". "Los dos buscan lo mismo, una España debilitada", sentenció.
El plan es el siguiente: primero, el Ejecutivo hace la vista gorda y ETA, a través de sus franquicias, consigue colarse en los ayuntamientos e instituciones del País Vasco. Tras ello, "ETA devolvería el favor a Zapatero para ayudarle a ganar las elecciones".
"Hay muchos signos que indican que estamos en la segunda parte del proceso de resolución de conflictos", aseguró Mayor, para quien "hay un esfuerzo desmesurado por separar a ETA de la izquierda abertzale cuando algunos sabemos que es una imposibilidad metafísica". O lo que es lo mismo: la política de etarras buenos y etarras malos.
Según el líder del PP en la Eurocámara, la evidencia más notoria de que el segundo proceso negociador ya está en marcha es que "siguen operando los mediadores de carácter internacional". En cuanto a las últimas detenciones de terroristas, afirma que "nunca han impedido un proceso de resolución de conflictos".
Génova se desmarca públicamente del diagnóstico
Las declaraciones de Mayor Oreja pesaron como una losa en la sede nacional del PP, donde no dan por roto el pacto antiterrorista alcanzado por Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy al inicio de la legislatura. Y eso a pesar de que el eurodiputado ha advertido personalmente a su jefe de filas de que el diálogo entre el Ejecutivo y la banda terrorista ya ha arrancado.
Tras la habitual reunión de la Junta de Portavoces de los martes, Soraya Sáenz de Santamaría se ha tenido que enfrentar al aluvión de preguntas de los periodistas. No se ha saltado el guión. La portavoz popular ha puesto las elecciones municipales y forales del próximo año como punto de inflexión: si Batasuna-ETA, o alguna de sus franquicias, se cuela en las instituciones, entonces el Pacto Antiterrorista estaría tocado de muerte.
Dicho esto, la dirigente del PP se ha desmarcado de las palabras del ex ministro del Interior y se limita a hablar de "inquietud" y "confusión". "La mejor manera de evitar cualquier preocupación de este tipo -dijo en una de sus contestaciones- es que Batasuna no tenga poder municipal".
Y es que, según las fuentes consultadas, no quieren "hacer sangre" con este asunto hasta no tener una "prueba irrefutable" de que el Ejecutivo ha vuelto a entablar contacto con los asesinos. En este sentido, entienden que las advertencias de Mayor Oreja van en la línea de "mantenerse aún más vigilantes".
Basagoiti: "Estaremos extremadamente vigilantes"
Por su parte, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, ha defendido, en declaraciones a Libertad Digital, el diagnóstico de Mayor Oreja, y prometió estar "extremadamente vigilante". Las elecciones municipales y forales serán "la prueba de algodón" a juicio del dirigente vasco.
En este sentido, y como ya informó en su día este periódico, fuentes del partido han confirmado contactos, ya no tan esporádicos, entre dirigentes del PSE y batasunos. Por este motivo, Basagoiti puso en alerta la semana pasada tanto a los suyos como a la dirección nacional a fin de parar una nueva negociación del Gobierno con los terroristas.
El eurodiputado Carlos Iturgaiz, sin embargo, secundó las acusaciones de Mayor Oreja en un comunicado y apuntó que la "prueba irrefutable" de que existe este diálogo es que el Ejecutivo de Zapatero no ha revocado la autorización que le dio en 2005 el Congreso de los Diputados.
Mayor se reafirma
Horas más tarde de su primera intervención, y tras conocer la fría reacción de la dirección del PP, Mayor Oreja habló del tema en "Es la noche de César". El eurodiputado se reafirmó, sin vacilaciones, en sus palabras. Reiteró que tiene "la convicción" de que se está negociando y recordó que lo lleva diciendo "desde hace meses", como hizo en un reciente acto con víctimas en Palencia en el que apuntó a un "segundo tiempo" en la negociación.
Repitió que se trata de una cuestión "de arranque": "Los procesos de resolución de conflicto arrancan blindándose". Sobre los indicios, apuntó que hay "circunstancias que confirman" que se sigue negociando. Explicó que "no es normal" que Zapatero alardeara del "proceso" en la pasada legislatura en la entrevista en TVE y lo vinculara a los éxitos policiales. También se refirió a la forma en que se critica la falta de respuesta del entorno de Batasuna y a la "potenciación" del instituto mediador. Pero, sobre todo, destacó la inactividad de la banda terrorista, a excepción del asesinato en Francia: "Cuando ves el silencio clamoroso de ETA, es evidente que no es lógico ni normal, sólo se produce por una estrategia inducida".
Las pruebas "del nueve" de que no hay negociación serían, de un lado, que se llevara una resolución al Congreso revocando la autorización para negociar con ETA y de otro, que no se infiltrara una lista proetarra en las municipales.
Preguntado por la respuesta del PP a sus declaraciones y, en concreto, a la posibilidad de una ruptura con el PSE en el País Vasco, Mayor explicó que su "posición política", de "atreverse a decir la verdad", es "esencialmente una obligación". "Estoy en el PP pero debo ser fiel a mi verdad. Para definir los pasos concretos, están los líderes del PP vasco y nacional", indicó Mayor. El eurodiputado explicó que "el partido es más prudente" que su "propia decisión" e indicó que ha oído en su partido que si hay una lista próxima a ETA en las municipales "se rompería el acuerdo". Sobre la negociación, reiteró que está convencido de que esa "segunda parte" se está produciendo ya y expresó su deseo de que las circunstancias le desmientan.