Tras la tempestad política de 2009, Mariano Rajoy arranca el año seguro de que ya nada ni nadie puede derribarle. Que cada día que pasa está más cerca de La Moncloa. Así lo aseguran aquellos que mejor le conocen, y que han derrochado optimismo en la XV Interparlamentaria del partido, que se ha celebrado estos días en Palma de Mallorca con la presencia de cerca de ochocientos parlamentarios de las diferentes Cámaras y la plana mayor del PP.
El primer argumento para asegurar que Rajoy está hoy más consolidado que nunca es que no puede ocurrir nada peor que el año pasado. El caso Gürtel y las insurrecciones internas “estuvieron a punto de acabar con nosotros”. Sin embargo, “por mucha porquería que salga y por mucho que determinados medios de comunicación hagan grandes portadas con refritos, el partido se sobrepondrá y ya no nos pillarán desprevenidos”.
Y es que en el principal partido de la oposición ha calado la convicción de que Rajoy no dimitirá “bajo ningún concepto”, tampoco si se confirma que existió financiación irregular en el seno del PP valenciano. Cosa distinta es el futuro de Francisco Camps, a quién la secretaria general, María Dolores de Cospedal, ya no le tiene ningún tipo de estima.
De momento, eso sí, el presidente de los populares sigue respaldándole al públicamente. “Tengo confianza en el presidente valenciano”, zanjó en corrillo con los periodistas en el cónclave que este sábado ha concluido en la capital mallorquina.
La ineptitud del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero es el segundo argumento para apuntalar la percepción de euforia. En la primera jornada de este congreso de diputados, los populares desplegaron toda su artillería contra el Ejecutivo, al que acusaron de “atentar” contra los intereses de España.
El “no me resigno” de Aguirre
En este sentido, Mariano Rajoy prometió un “profundo cambio de rumbo político” en España si gana las elecciones generales y priorizó la necesidad de “hacer reformas” para sacar al país del atolladero. Un discurso económico en el que incluyó el “no me resigno” de Esperanza Aguirre para decir que “cuando uno cree en algo y da la batalla por ese algo, lo más seguro es que consiga sus objetivos”.
“Estamos bien, podemos encarar el futuro con cierto optimismo”, apuntó el líder de los populares en su discurso de clausura, en el que hizo multitud de referencias a la división interna que sufre el PP de baleares y encumbró a José Ramón Bauzá como candidato del partido a las elecciones regionales pese a no haberse celebrado congreso alguno.
La voz de los críticos
Un optimismo, exacerbado en algunos dirigentes, que no comparten la totalidad de los dirigentes. Un crítico declarado constata, en declaraciones a Libertad Digital, que hoy por hoy Rajoy está “en una buena situación” pero no duda de que “en cuanto salga algo gordo, que saldrá, volverá a encerrarse en su despacho y todo volverá a ser un caos”.
Considera, además, que en el partido se ha instalado la idea de que “con dejar hacer el Gobierno las elecciones están ganadas” por lo que ha pedido, bajo la protección del anonimato, diversificar las propuestas de alternativa porque “no todo es economía”.
Sea como fuere, la cita de los populares en Palma ha contado con un ambiente mucho más relajado al de cónclaves anteriores, y Javier Arenas ha tenido mucho que ver en esa percepción. Su éxito histórico en los sondeos -nunca antes un estudio demoscópico le había dado la mayoría en Andalucía- hizo levitar a más de uno en el encuentro.
“Hoy todas las encuestas nos dan ganadores, Mariano será presidente, con lo cual lo importante es que entre todos mimemos la cohesión del partido”, declaró el presidente del PP andaluz en su discurso, para después reclamar que, desde esa “cohesión”, hay que conseguir ganar las generales en 2012 “con una mayoría muy amplia”.