(Libertad Digital) La prueba que tiene el Tribunal Supremo, y que podría poner en apuros a Casas, fue obtenida durante la investigación del asesinato de un hombre perpetrado el 14 de marzo de 2007, supuestamente por el encargo de su mujer. Aquí es donde entraría en escena la presidenta del Constitucional ya que dicha mujer es la letrada que le pidió ayuda sobre la forma de presentar un recurso ante un juzgado.
El rotativo de Vocento precisa que, "obviamente", la máxima representante del TC nunca supo que la persona con la que hablaba podía estar implicada en un delito tan grave como es el asesinato.
La citada conversación telefónica, grabada por la Guardia Civil, se produjo el 17 de abril del pasado año, apenas un mes después de que se cometiera el crimen. Concretamente, en torno a las nueve y media de la noche, la letrada Dolores Martín telefoneó a Casas para cuestionarle "por un asunto familiar", en concreto, relativo a la custodia de su hija. Teniendo en cuenta la relevancia de la persona implicada, la Benemérita optó por ponerlo en conocimiento de la juez encargada del caso, la cual decidió aparcar el asunto hasta que se resolviera el crimen.
La juez del juzgado de Valdemoro envió entonces la exposición a los hechos al Supremo, puesto que María Emilia Casas, por su condición de presidenta del Constitucional, es una persona aforada. El alto tribunal es el que debe decidir ahora si archiva la causa o procede contra ella.
Este crimen por encargo tiene otra vuelta de tuerca más. Según desvela ABC, la actriz y presentadora de televisión Ana García Obregón habría pedido a uno de los implicados en el asesinato, Eloy Sánchez Barba, que diera una paliza al también presentador Jaime Cantizano. Estos hechos, recalca el diario, aparecen en las diligencias 1214/07 del juzgado de Valdemoro.