Este sábado Fernando Lázaro ofrece en El Mundo un nuevo capítulo sobre el caso del chivatazo a ETA en el bar Faisán y la detención de la red de extorsión de ETA. En esta ocasión, relata las declaraciones de Julen Madariaga, uno de los fundadores de ETA, detenido durante la operación contra la trama del bar de Elosúa.
Fue la operación contra la red de extorsión que se llevó a cabo un mes y medio después de que se produjera el chivatazo a Elosúa, justo en junio de 2006. Así, después de su detención, Madariaga confesó que conocía el chivatazo y que mantenía relación con Joseba Elosúa, dueño del Faisán.
Madariaga, al ser detenido en esta operación e interrogado por los agentes de la Policía Judicial francesa, pertenecientes a la subdirección antiterrorista, exclamó "!Seguro que Zapatero está también sorprendido por mi detención!". El Gobierno se encontraba en plena negociación con ETA. Cuando le preguntaron por qué le habían detenido, Madariaga dijo no saberlo.
El caso es que, durante su declaración, este fundador de la banda terrorista, admitió conocer cómo funcionaba la red de extorsión de la banda aunque dijo no tener relación con la trama. Con quien sí dijo mantener una relación y amistad era con Joseba Elosúa, el dueño del Bar Faisán y miembro de la red de extorsión etarra que recibió el chivatazo policial cuando la operación conjunta de la lucha antiterrorista entre Francia y España preparaban la captura de la trama chantajista etarra.
No sólo eso, según revela Lázaro en El Mundo, Madariaga también conocía el chivatazo. Según declaró, "hace aproximadamente un mes y medio, durante una de mis últimas visitas a su bar (Faisán), me contó que alguien vino a verle presentándose como que pertenecía a los servicios españoles y que le había dicho que estuviera atento, que la oposición estaba radiante de haber encontrado documentación en su casa, a efectos de hallar un pretexto para hacer creer que ETA continuaba con sus acciones, a pesar de la tregua y de haber declarado el alto el fuego y de las negociaciones en curso."
Según fuentes policiales, tras adquirir esta información, Elosúa advirtió a todos sus compinches. Pasó un mes y medio entre el chivatazo y la detención de la red de extorsión, por este motivo, fuentes de la investigación durante ese tiempo "es imposible saber qué material documental o soportes informáticos pudieron hacer desaparecer", señala El Mundo.
Además, Lázaro también publica las conversaciones interceptadas a los integrantes de la red de extorsión de ETA. En la conversación, Elosúa presumía de conocer a importantes dirigentes del país vasco como Jesús Eguiguren a quien se refiere como "Jesusito de mi vida".