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Los hindúes detenidos el 13-M confirman que no pudieron activar los móviles de las bombas

No es verdad que los terroristas hubieran comprado una serie de móviles liberados en la tienda de los hindúes detenidos el 13-M. La fecha de activación de esos móviles demuestra que es imposible que fueran comprados en la fecha que se indica en el sumario. Libertad Digital ya había publicado informaciones donde se daba cuenta de la gran cantidad de incoherencias existentes en todo lo que se refiere a este episodio. También se habían publicado las pruebas de que los libros de caja de una de las tiendas de esos hindúes fueron retocados después de la masacre. Los datos que este jueves publicamos terminan de confirmar que toda aquella historia no era más que un montaje para tratar de explicar de dónde había salido el teléfono de la mochila de Vallecas.

No es verdad que los terroristas hubieran comprado una serie de móviles liberados en la tienda de los hindúes detenidos el 13-M. La fecha de activación de esos móviles demuestra que es imposible que fueran comprados en la fecha que se indica en el sumario. Libertad Digital ya había publicado informaciones donde se daba cuenta de la gran cantidad de incoherencias existentes en todo lo que se refiere a este episodio. También se habían publicado las pruebas de que los libros de caja de una de las tiendas de esos hindúes fueron retocados después de la masacre. Los datos que este jueves publicamos terminan de confirmar que toda aquella historia no era más que un montaje para tratar de explicar de dónde había salido el teléfono de la mochila de Vallecas.
L D (Luis del Pino) Cuando apareció la mochila de Vallecas en una comisaría, en la madrugada del 11 al 12 de marzo, la policía siguió el rastro del teléfono móvil hallado en la mochila y determinó que ese teléfono se había vendido en una tienda llamada Bazar Top, propiedad de unos hindúes. O al menos eso es lo que nos dijeron.
 
Según la versión oficial, esos hindúes habían comprado el 21 de octubre de 2003 una partida de 80 teléfonos móviles a la empresa Telefonía San Diego. Diez de esos teléfonos fueron posteriormente vendidos, siempre según la versión oficial, a los terroristas del 11-M entre los días 3 y 8 de marzo, unas pocas fechas antes de la masacre. Sin embargo, los datos que hemos hecho públicos en las últimas semanas, y la noticia que hoy publicamos en exclusiva, demuestran que esa historia era falsa.
 
Las declaraciones de los hindúes, de la persona que llevaba a liberar los teléfonos móviles para ellos y del policía Ayman Maussili Kalaji, en cuya tienda se liberaron los móviles, están llenas de contradicciones con respecto a la historia de esa compra de teléfonos. Ni cuadran unas declaraciones con otras, ni cuadran esas declaraciones con los informes policiales, ni tampoco cuadran los informes policiales entre sí.
 
El posterior análisis de los datos contables incluidos en el sumario permitió revelar algo más que meras contradicciones. Como ya informó Libertad Digital hace unas semanas, los datos bancarios de los hindúes no muestran ningún pago que se corresponda con esa compra de 80 teléfonos móviles en octubre de 2003 a la empresa Telefonía San Diego. Además, los libros de contabilidad de la tienda donde supuestamente habrían comprado los terroristas esos teléfonos fueron retocados después de los atentados, para tratar de dar un soporte documental a la historia de esa compra de teléfonos.
 
En concreto, esas operaciones de "maquillaje" de los libros de contabilidad se reflejan en dos aspectos diferentes: en primer lugar, durante el juicio del 11-M se puso de manifiesto que la lista donde figuraban los números de serie de los teléfonos de las bombas fue añadida a uno de los libros de contabilidad a posteriori de los atentados. Además, otro de los libros de contabilidad presenta una serie de errores que sólo son explicables si ese libro fue copiado, para modificarlo, después de la masacre.
 
Por si eso fuera poco, el dato que hoy desvelamos termina de confirmar que alguien elaboró toda una serie de soportes documentales después del 11-M para dar cobertura a la falsa historia de la compra de esos teléfonos por parte de los supuestos terroristas: en concreto, la fecha de activación de esos teléfonos, según la empresa Movistar, demuestra que es imposible que esos hindúes compraran esa partida de 80 teléfonos en octubre de 2003. Según esa factura, que obra en el sumario, los hindúes habrían comprado esos 80 teléfonos el 21 de octubre de 2003 (véase en la Figura 1 la factura de Telefonía San Diego).
 

(Pinche en la imagen para ampliar)

 
Sin embargo, la información aportada por la compañía Movistar demuestra que esos teléfonos fueron activados por el distribuidor el 28 de noviembre de 2003, un mes más tarde. Los distribuidores de telefonía realizan esa activación para cobrar las comisiones que Movistar paga por venta de teléfonos (véase en la figura 2 la comunicación enviada por Movistar en relación a uno de esos teléfonos).
 

(Pinche en la imagen para ampliar)
 
Ese descuadre en las fechas hace imposible que los hindúes compraran esos 80 teléfonos en la fecha indicada en la factura, porque la empresa Bazar Top, propiedad de los hindúes, no se dedicaba a activar teléfonos. La razón es muy simple: ellos no eran distribuidores oficiales de Movistar, así que no cobraban ninguna comisión por la activación de teléfonos. Todos los teléfonos que ellos compraban les venían ya activados, como ha confirmado a Libertad Digital el propietario de Bazar Top.
 
Puesto al habla con nosotros, declaró que cree que esos teléfonos ni siquiera los activaba su proveedor, Telefonía San Diego, sino que esos teléfonos le llegaban ya activados a él. Esas declaraciones del propietario de Bazar Top, que están corroboradas por los datos contables a los que ha tenido acceso Libertad Digital, implican que los hindúes nunca podrían haber comprado esos 80 teléfonos con anterioridad al 28 de noviembre de 2003, que es la fecha de activación registrada por Movistar.
 
El 28 de noviembre de 2003 esos teléfonos tenían, forzosamente, que continuar en posesión del distribuidor que se encargó de activarlos, bien Telefonía San Diego o bien algún proveedor de esta empresa.
 
La demostración de que alguien falsificó las pruebas documentales para dar cobertura a la historia de la compra de esos teléfonos móviles por parte de los supuestos terroristas explica las numerosas contradicciones existentes en la historia, pero abre una multitud de nuevos interrogantes. Si no es verdad que el teléfono de la mochila de Vallecas fue adquirido en esa tienda propiedad de los hindúes, ¿quién suministró ese teléfono para la confección de la mochila de Vallecas? ¿A través de dónde se comercializó realmente ese teléfono y en qué fecha fue adquirido? ¿Es verdad esa otra parte de la historia oficial que dice que algunos de esos teléfonos supuestamente adquiridos a los hindúes se activaron en Morata de Tajuña el día anterior a los atentados?
 
Pero otras partes de la versión oficial quedan también en entredicho: si se elaboró toda una serie de soportes documentales falsos para decirnos que el teléfono de la mochila de Vallecas se había vendido en la tienda de unos hindúes, ¿es posible que sea también falso que la tarjeta telefónica de esa mochila de Vallecas se vendió en una tienda de Lavapiés propiedad de los tres marroquíes detenidos el 13-M? ¿O también en ese caso se dotó de cobertura documental a la historia a posteriori de los atentados?

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