Con la aprobación de esta Orden, que destina una partida global de medio millón de euros para el año 2009, el Ejecutivo vasco dota de recursos al protocolo de actuación acordado la pasada semana entre el Departamento de Interior y la asociación de municipios vascos "Eudel", para colaborar en la retirada de este tipo de simbología de las calles vascas.
En concreto, según informó la portavoz del Gabinete López, Idoia Mendia, la subvención gubernamental, que será gestionada por la Dirección de Atención a las Víctimas del Terrorismo, ayudará a los gobiernos locales a costear tanto los gastos directos, derivados de la utilización de sus propios servicios de limpieza municipales, como los que resulten de la contratación de empresas o servicios especializados.
La cuantía máxima de las ayudas oscilará, en función del tamaño de los municipios, dentro de una escala que irá desde los 10.000 euros, que podrán obtener los entes locales de menos de 5.000 habitantes, hasta los 40.000 euros, destinados a los de más de 50.000.
Además, la Orden prevé que las subvenciones a cada municipio podrán ampliarse en el caso de que el presupuesto total anual no se hubiera agotado.
Según recordó el Ejecutivo, la Orden aprobada hoy por el Consejo de Gobierno tiene su origen en el cumplimiento de lo establecido en la Ley de Reconocimiento y Reparación a las Víctimas del Terrorismo, que insta a los poderes públicos vascos a actuar contra las pintadas y carteles, fotos o pancartas que atenten contra la dignidad de las víctimas.
Los municipios interesados en acceder a las ayudas contempladas en la Orden podrán hacerlo desde el día siguiente de su publicación en el BOPV. Para ello deberán remitir su solicitud a la Dirección de Atención a las Víctimas del Terrorismo, aportando los datos necesarios relativos a facturas, documentación gráfica y certificaciones municipales.
Con la aprobación de esta Orden, el Gobierno vasco consideró que se da un "paso significativo hacia el logro del objetivo común de todas las Administraciones de poner coto a la proliferación de símbolos que entrañan descrédito o humillación de las víctimas y exaltación del terrorismo; un paso, en definitiva, hacia la recuperación de los espacios públicos y hacia su uso normalizado por la ciudadanía vasca".