En el aeropuerto fueron recibidos por varias decenas de simpatizantes de la causa saharaui, muchos de ellos miembros de la asociación SaharAcciones. Pese a los golpes recibidos, se mostraron satisfechos por haber conseguido su objetivo de romper el "velo informativo" sobre las violaciones de los derechos humanos y la situación que viven los saharauis.
"Nosotros no somos la noticia, la noticia es la situación de los derechos humanos y la necesidad de reivindicar la autodeterminación del pueblo saharaui", dijo Gonzalo Rodríguez, que actuó como portavoz del grupo.
Anunció que las acciones se repetirán y dijo a Marruecos "que se cuide", ante cualquier nueva "saharacción" pacífica, que podrá ser realizada por "toda persona, extranjera o no extranjera que vaya a pisar tierra de Marruecos o de los territorios ocupados por esa potencia terrorista", dijo.
"Esta no es una acción de cuatro turistas que se lanzan al vacío, sabíamos perfectamente lo que iba a pasar. No somos niñatos ni niñatas dispuestos a que nos agredan, somos gente que cree firmemente en esta causa. No somos turistas, esto es una acción política con la intención de hacer valer la solidaridad entre los pueblos", afirmó.
Esperanza Jorge, otra de las activistas, exigió al Gobierno español que deje de participar en la expoliación de sus recursos naturales (del Sahara), guiado por intereses económicos y geoestratégicos. "Hemos sido golpeados, ultrajados, insultados y escupidos, pero no es nada comparado con las violaciones, desapariciones y muertes" que tratan de ocultar Francia y Naciones Unidas, agregó.
Las agresiones
Mientras, la activista Carmen Roger, con la cara hinchada por la agresión, relató que fueron atacados por policías de paisano en la acera de una calle de El Aaiún, en donde realizaron una concentración pacífica que consistió en mostrar camisetas alusivas a la causa saharaui, una pancarta y una bandera. Los manifestantes explicaron que recibieron puñetazos y patadas al caer al suelo. "Eran golpes estudiados, sabían donde daban". "Probablemente la bandera encendió el odio y fueron contra mí", dijo en alusión a que ella portaba la enseña.
De repente, "quien dirigía a quienes nos castigaban, en un momento se convirtió en el jefe de la Policía que nos salvaba de aquellos salvajes". Los agresores "eran policías disfrazados de paisano, lo sabemos porque luego los vimos en comisaría, no es que nadie nos lo contara", dijo la activista. En la comisaría "no había nadie que tuviera un uniforme, todos iban de paisano".
A la comisaría llegaron hacia las 19.30 horas y a partir de la 01.00 horas del domingo los fueron soltando de dos en dos y trasladándolos a la Casa de España. "A mí, que era la que peor estaba, me soltaron la última. Salí a las tres de la mañana. Antes, me llevaron al hospital porque pedí asistencia médica", relata Carmen Roger.
Tras lo ocurrido, intentaron poner una denuncia en la Misión de la ONU para el Referéndum del Sahara Occidental (Minurso), pero no les fue aceptada, de modo que a su llegada a Tenerife anunciaron que denunciarán los hechos en un Juzgado.