Aunque los dos fueron suspendidos como jueces de la Audiencia Nacional, Gómez de Liaño no cree que existan muchos paralelismos entre su caso y el de Garzón. En la entrevista concedida a El Confidencial destaca que "la diferencia importante es que él cuenta, afortunadamente, con un Tribunal con muchas garantías y en el que prácticamente ha intervenido toda la Sala Segunda del Supremo" mientras que en su caso "intervinieron solo dos magistrados de una clara filiación socialista y un tercero que siempre consideró que no se me debía haber ni imputado ni juzgado ni condenado".
En cuanto a los ataques que ha recibido el Supremo y, en concreto, las gruesas palabras de Jiménez Villarejo, Liaño considera que "es una ofensa terrible hacia el Tribunal Supremo que solo justifico porque quizá Villarejo se sienta muy mayor y diga esas cosas como producto de la edad".
Liaño destaca, además, que en los apoyos a Garzón "no hay argumentaciones jurídicas. Lo más lamentable es que todos los argumentos son de índole emocional y que incluso quienes admiran y apoyan a Garzón, lo hacen movidos por sentimientos ajenos al Derecho. Pero eso, realmente, no sirve".
Uno de los apoyos más significados es el del Grupo Prisa. Al respecto Liaño comenta que "hay una corriente en la opinión pública cualificada que se pregunta si acaso ese apoyo de este grupo de comunicación no es la contraprestación de un servicio prestado en su día. Esto es literal, pero no es mi opinión, porque quiero ser prudente".
También recuerda Liaño que cuando él fue suspendido no se montó ningún show a las puertas de la Audiencia Nacional. "No ocurrió y es que, además, creo que era innecesario. Hubo funcionarios de mi propio juzgado que quisieron acompañarme y yo me negué porque eso no es lo correcto", comenta Liaño y añade "es la prolongación de un modo de hacer justicia ante las cámaras y los platós".